(Ingles) Entonces el primer día de la escuela, mi madre, quien no podía entender o hablar ningún inglés, dejó de lado la lavandería para llevarme a la escuela. Y entonces ella no sabía en qué clase inscribirme. Aunque la maestra dijera algo, ella no entendía. Entonces , finalmente, estaba tan frustrada y me puso en una clase y nosotros teníamos solo bancos en aquellos días, bancos de madera y me sentaba adelante. Y entonces sentado allí, los chicos de otras etnias, no podían hablar inglés tampoco. Los chicos filipinos, tú sabes, todos ellos. Ellos hablaban la lengua nativa de sus padres.

Entonces nosotros nos miramos mutuamente, nos quedamos mirando el uno al otro. Y luego, aquí una mujer enorme caminando. Y para mí, ella se veía como un gigante porque yo tenía 7 años. Y ella tenía un cabello grisáceo, áspero y ojos azules, y era tan justa. Y esa fue la primera vez que había visto a un caucásico en la plantación porque vivíamos en los campos de concentración. Y entonces cuando ella se acercó y debió haberme preguntado cuál era mi nombre. Y como yo no entendía y cuando se inclinó sobre mí, yo pensé que me iba a devorar. Y yo grité “Obake! Obake!”. Yo grité hasta lo más alto que podía dar mi voz y corrí hacia el frente. Y ella corrió detrás mío, y trató de abrazarme. Y cuanto más trataba de abrazarme, más gritaba yo. Entonces esa fue mi orientación en la escuela Americana.