Es una pregunta que suelo recibir en las charlas y seminarios de orientación educativa en la comunidad latina de Japón¹. No hay una respuesta única y satisfactoria para todos, es por eso que antes de hacer esta pregunta deben reflexionar mejor si están debidamente preparados para un estudio superior que les permita abrir un futuro más promisorio. Deben conocer mejor lo que el mercado laboral japonés y el mundo está requiriendo, pues hay que asumir con realismo lo que se puede dar y lo que se puede hacer.

No es inusual que también los padres pregunten: ¿Qué carreras son las que dan más dinero? ¿Cuáles son las que tienen mejor perfil de inserción laboral? ¿Cuáles son las mejores universidades que recomienda y qué becas dan? ¿Es mejor estudiar en el Perú o en Japón?

Gráfico LO QUE BUSCAN LAS EMPRESAS en México. Aquí se señala que el 80% de los graduados obtienen un empleo y que antes que emprender prefieren trabajar en la empresa. El Estudio, 2015.11.  

En estos casos suelo responder de la siguiente manera: 1) Si desean ir a una buena universidad hay que lograr buenas calificaciones en la secundaria superior “koko” para que la misma escuela pueda recomendarlos; 2) Si se quiere ahorrar en costos hay que lograr el ingreso a una universidad nacional o prefectural, y para eso hay que tener una calificación promedio alta; 3) Puede ser un idioma extranjero (ej: el inglés) o las matemáticas, para buscar la o las especialidades más interesantes en la evaluación de una carrera universitaria; y 4) para aquellos que entran al mundo laboral después de la secundaria deben tener un mejor nivel del idioma japonés, escrito y oral, para ser objeto de capacitación, etc. No hay una fórmula segura que garantice el éxito profesional, pero por tratarse de una inversión costosa es importante que los padres y los hijos dialoguen las diversas alternativas, averiguen y visiten juntos las universidades o escuelas técnicas (senmon gakko) para conocer de lleno lo que les pueden ofrecer. Y la decisión que tomen debe estar acorde a sus posibilidades porque si se endeudan demasiado no podrán terminan la carrera o aunque la terminen quedarán muy atados al pago de ese crédito desde el inicio de la vida laboral.

Otros padres evaluan la alternativa de enviar a sus hijos al país de origen u otro país cuando terminan la secundaria, pero para eso deben tener un muy buen manejo del idioma español o inglés o de ambas, que nada tiene que ver con la conversación cotidiana en el hogar. Sea en el Perú u otro país de América Latina, ingresar a una buena universidad nacional no es tarea sencilla y desde luego egresar es mucho más difícil, tal vez mucho más que en Japón. Es cierto que los establecimientos nacionales en dicha región es gratuito o el costo es insignificante comparado con Japón o los Estados Unidos, pero debido a que es necesario muchos años de dedicación para obtener el título eso implica una importante erogación en libros, fotocopias y gastos de subsistencia (comida, vivienda, etc.), sin olvidar que egresan menos de la tercera parte de los ingresan.

Leyendo artículos y reportes de algunos especialistas de Sudamérica, casi todos señalan la importancia de la educación superior pero alertan de que hay una sobreoferta de graduados que el mercado laboral no necesita y que el nivel de estos jóvenes es bajo o insuficiente para lo que exigen las empresas e instituciones. Lamentablemente, todo esto es reflejo de la impresentable desigualdad social y educativa y del bajo nivel académico y deficiente infraestructura que tienen muchas escuelas públicas con docentes mal preparados y mal pagos². Las diversas políticas públicas han ido corrigiendo los problemas existentes y es indiscutible que ha mejorado la alfabetización básica pero el analfabetismo funcional de la secundaria es preocupante porque el nivel de comprensión es bajo y muchas veces siquiera facilita la capacitación laboral tanto de los programas públicos como privados. Aunque reclamen como derecho el acceso a la universidad, si no se logra cierta excelencia educativa un título vale muy poco o es el inicio de una frustración crónica que desmotiva el trabajo en sí.

El estudio superior debería ser para promover el desarrollo profesional y el ascenso social, sin embargo, si no se elige bien una carrera puede ser el inicio de una cadena de desengaños que puede afectar muy negativamente en la vida personal y familiar. Las protestas estudiantiles que hubo en Chile tomaron una dimensión social y política que terminaron con la toma del rectorado en varias universidades (Junio de 2011), donde no solo reclamaron por los costos de una carrera sino también por las “especialidades” de poca inserción laboral y utilidad social (para muchas universidades eso generó enormes ganancias).

Quien escribe ha nacido y estudiado en Buenos Aires, Argentina, y como hijo de inmigrantes japoneses “nissei” ha escuchado desde chico las historias exitosas y ejemplares de los “sempai” (los mayores). Siempre se decía dentro de la colectividad japonesa local que para ser respetados era necesario mantener, la honestidad, el trabajo, el buen desempeño en las escuelas y la humildad ante los demás, etc. De esta manera, muchos lograron sobresalir como abanderados o ser parte del cuadro de honor en la escuelas y evitar o superar mejor los problemas de incomprensión que en ocasiones hubo, que dicho sea de paso, en mi ambiente social era mínimo o nulo. De todos modos, muchos de mis compañeros de la secundaria no siguieron estudiando o aunque hayan ingresado a alguna facultad muy pocos son los que terminaron la carrera universitaria. Y en cuanto a los nikkei, muchos estudiaron para abogacía, contaduría, medicina, farmacia, arquitectura, etc., todas carreras que dan la opción de trabajar luego como autónomos. Ultimamente, hay más jóvenes profesionales nikkei que trabajan bajo dependencia, sea en el sector público o privado, y se destacan por su desempeño.

No hay que olvidar que en las sociedades latinoamericanas, no son muchos los que ejercen satisfactoriamente su especialidad y no son pocos los que pasado un determinado tiempo buscan otras actividades para mejorar sus ingresos más allá de sus preferencias.

Por lo señalado, los hijos de migrantes latinos en Japón que optan por retornar al pais de sus padres para estudiar en una universidad es mejor que no la vean como una alternativa fácil, pues en todo momento están supeditados a gestionar situaciones no previstas y dedicarle mucho al estudio.

Y quienes buscan ubicarse en empleos “globales” es mucha más la competencia y las exigencias en idiomas, manejo de la diversidad cultural y trabajo en equipo, paciencia y desempeño profesional. Desde luego, una buena carrera en una universidad de prestigio puede formarlos con esas condiciones pero eso sería tan solo lo inicio porque hoy las empresas exigen también experiencia en prácticas, estudios en el exterior, etc. Por ejemplo, en la región central de México, Guanajuato y Querétaro, se está formando un polo industrial automotriz de gran envergadura donde cientos de firmas japonesas requieren personal técnico, contable, administrativo, etc. que dominen el español, inglés y japonés.

No solamente en Japón sino en muchas latitudes los jóvenes suelen decir: “no encuentro algo que me gusta”, “no se qué estudiar pero quiero un título universitario” ……, pero, la realidad es que son muy pocos los que se ubican en una buena empresa, ganan bien y trabajan en un ambiente amigable con compañeros y jefes de primera. Nadie puede garantizarles todas estas condiciones a lo largo de la vida laboral. De hecho, el realizar tareas no muy agradables o poco atractivas les puede abrir nuevos caminos a una especialización que el mercado requiere abriendo nuevas posibilidades de progreso y desarrollo profesional. Cabe aclarar que aún teniendo un diploma de una universidad de primera, no todos se ubican en las mejores firmas o en puestos promisorios de la burocracia.

Las ilusiones deben estar acompañado de una visión de lo viable o realizable y los estudios deben relacionarse con lo empleable, como últimamente indican muchos expertos en recursos humanos; caso contrario, todo puede llevar a la acumulación de frustraciones y resentimientos.

Los casos de jóvenes peruanos o brasileños que están logrando ingresar a buenas universidades y empleos interesantes, cuando comentan su experiencia personal no dejan de agradecer el apoyo de sus padres y de los maestros de la secundaria, porque ante todo hicieron un gran esfuerzo de superación en donde esos docentes fueron de gran estímulo. Cuando son diferentes, sean extranjeros o japoneses que estudiaron fuera del Japón durante algunos años (llamados “kikoku shijo”), muchas veces son objeto de burlas o actitudes de indiferencia, envidia y a veces de hostigamiento, pero hay que superar estos obstáculos para transformarlos en valor agregado para el manejo de la diversidad.

Hay que asumir que los graduados tienen que saber trabajar o poner todo de sí para aprender las tareas en corto tiempo para que sea útil al empleador. En muchos países de Sudamérica el desfasaje entre oferta y demanda laboral es preocupante y en muchas especialidades hay una escasez de mano de obra alarmante, principalmente de personal técnico en muchos rubros y poco se ha hecho para cubrir esas necesidades. Han creado o dejado crear universidades privadas que poco sirven en el mercado laboral. O sea, no hay suficiente oferta de trabajadores que puedan realizar lo que las firman requieren. Lo mismo pasa en el sector público.

Informes del Ministerio de Educación del Perú y del Banco Interamericano de Desarrollo- BID³ indican que en la región hay niños y adolescentes que aunque concurren a las escuelas no tienen una adecuada educación y que solo los que estudian en las mejores escuelas privadas ingresan a las mejores universidades nacionales y terminan ocupando los mejores puestos con remuneraciones atractivas.

En Japón se privilegía la universidad donde han estudiado más que la carrera o la especialidad. Los jóvenes son también conscientes de que deben ser flexibles a la hora de buscar empleo e incluso una vez que comienzan a trabajar se van adaptando a lo que la empresa requiere. En ese sentido, la gran mayoría de los jóvenes se resignan pero a la vez actúan con practicidad porque saben que no tienen muchas opciones. En junio de 2015 el Ministerio de Educación de este país anunció que desde 2019 muchas universidades se transformarán en escuelas de capacitación técnica para que los jóvenes salgan mejor preparados para el mundo laboral.

Por eso, los padres de las familias latinas deben conocer mejor estas tendencias y en base a ello orientar y conversar con sus hijos. Recuperar los invertido en educación lleva mucho tiempo, es por eso que a la hora de decidir e incluso endeudarse con un préstamo escolar deben evaluar con mucha serenidad e información fidedigna. No es cuestión de apurar una decisión o dejarse llevar por lo que “los demás hacen”.

Notas:

1. Matsumoto, Alberto J., “Ubicación laboral de los graduados universitarios japoneses y la de los extranjeros nissei en Japón”, Discover Nikkei, 2014.12.08

Matsumoto, Alberto J., “Aumentan los estudiantes extranjeros que se emplean en empresas japonesas”, Discover Nikkei, 2015.07.28

2. “Inés Temple: Debes educarte para ser empleable”, PERU 21, 2015.07.21

3. “BID: Jóvenes salen de universidades e institutos sin habilidades para conseguir un buen empleo”, Gestión, 2015.05.26

Laura VELA, “10 Habilidades para el trabajo que no te enseñaron en la escuela”, DineroenImagen, 2015.11.17

© 2016 Alberto J. Matsumoto