Descubra a los Nikkei

https://www.discovernikkei.org/es/journal/2014/1/1/5154/

¡Feliz Año Nuevo! Los recuerdos de Oshogatsu y el “omochi”

Cuando llegaba el fin de año mi madre solía decir: “El Natal (significa Navidad en portugués) será con platos a la brasileña y el Año Nuevo “oshogatsu” será con platos tradicionales japoneses variados para la ocasión llamado “osechi”, asi que nosotros los nikkei somos unos afortunados porque podemos tener dos comilonas por decirlo de una manera!”.

La verdad es que yo también pienso lo mismo pues disfrutamos de las dos culturas.

Ozoni de mi madre

En nuestra casa todos los fin de año y año nuevo lo hemos venido festejando muy modestamente entre mis padres y yo. Siempre han sido momentos muy especiales y eso lo pude apreciar aún más el 1º de enero de 1991, pues en el mes mayo del año anterior había fallecido mi madre. Ese año nuevo “oshogatsu” yo mismo cociné la sopa llamada “ozooni” que es una sopa para tal ocasión con esa masa de arroz machacada “omochi (masa de arroz al vapor machacado)” y verduras.

Cuando se lo serví a mi padre, de pronto, se puso a llorar fuerte y en realidad no supe qué hacer. Me quedé parada y asombrada ante esa inesperada situación. Creo que se emocionó mucho porque le hizo recordar los 48 años de matrimonio con su esposa o sea mi madre. Enseguida mi padre se disculpó, pero parece que no pudo contener sus lágrimas.

Desde chica era para mí una enorme alegría comer el “ozooni” de mi madre. Aparentaba mucho más sabrosa que las sopas occidentales y me llamaba la atención el “omochi” redondo y blanco que estaba en el tazón. En esos tiempos, el “omochi” era solo para ocasiones muy especiales o festejos. Mi madre solía hacer el pedio al almacén para que el 31 de diciembre a la mañana mi padre lo fuera a retirar.

Para mí, durante mucho tiempo el “ozooni” era solo el que mi madre nos cocinaba, no conocía otra variedad; pero un año nuevo cuando conversábamos sobre esta sopa tradicional con una compañera de trabajo ella me dice: “además de zanahoria y colocasia (una especie de papa viscosa) si le agregas bardana (también conocido como lampazo) es más rico”. Me quedé asombrada y confundida pues pensé que ella estaría hablando de otro plato o algo similar pero distinto.

Cuando regresé a casa le pregunté a mi madre y ante mi asombrada cara ella, sonriente y un poco burlona, me enseñó que el “ozooni” varía según el lugar o la región, pues dentro de Japón puede variar la forma y tamaño del “omochi” como los ingredientes y la manera de coccionar este plato tan tradicional y especial para el año nuevo.

Sin embargo, para mí el “ozooni” de mi madre era el mejor y sigo pensando que es así, será por eso mi nostalgia cuando recuerdo este plato y sabor.

Y con el “omochi” también recuerdo un episodio.

Hasta los 12 años pensaba que el “omochi” era siempre redondo y la superficie dura, pero en las vacaciones de verano de ese año cuando me llevaron a la casa de los padres de mi madre, o sea a lo de los abuelos materno, y pude ver uno recién amasado y hecho sentí que la masa era blanda como una goma y totalmente diferente al que siempre compraba mi padre a fin de año. Para mí fue un asombro y un nuevo descubrimiento. Pude ver cómo mi abuela colocaba su mano mojada rítmicamente entre la masa de arroz al vapor para moverlo dentro del mortero de madera donde se machacaba con mucha fuerza. Y otra cosa sorprendente fue ver a mi tío que levantaba y bajaba la machacadera casi sin descansar.

Cuando terminaron de machacar la masa y todavía estaba blando y caliente tomé un pedacito de “omochi” recién hecho y lo condimenté con salsa de soja y puerro picado para comerlo con “natto” (sojas fermentadas). Desde ese momento me gustó también el “natto” y sigue siendo para mí un plato favorito.

De todos modos, jamás olvidaré el sabor y contextura del “omochi” recién machacado.

Y la otra anécdota es sobre el “kagami mochi” que es un “omochi” de dos pisos para ofrendarlo en el altar budista o donde están venerados los ancestros. Solo había visto en alguna película japonesa o en alguna revista o tal vez en una historieta de manga pero nunca en el mismo Brasil.

Un día cuando fuí a visitar una familia nikkei pude ver en el garage del coche, arriba del mismo techo, había algo blanco. En la sala de estar al lado del televisor también había un adorno de color blanco y en la cocina lo mismo pero arriba de la heladera.

Me pregunté si era el “kagami mochi” pero presentí que era muy diferente al que había visto en las revistas japonesas. No eran chatas para apilarlas sobre el de abajo, más bién era piramidales colocados en un plato. Ni en las tiendas de productos japoneses había visto un “kagami mochi” de esas particularidades, asi que supuse que esta modalidad era a la brasileña. Fue un descubrimiento más para mí.

Kagami mochi

La primera vez que conocí un verdadero “oshogatsu” (año nuevo japonés) del Japón fue hace 40 años atrás. Allí pude saber que hay “omochi” pequeños de tamaño rectangular. La señora del dormitorio-pensión me lo tostó en una pequeña parrilla y estuvo riquísimo. También fui a ver cómo machacaban la masa de arroz al vapor. Tenía 12 años y recuerdo que mientras veía ese movimiento rítmico no podía dejar de olvidar cómo lo hacía mi abuelita.

Muchos años después, hace justamente 4 años atrás, pude ver el machacado “mochi tsuki” nuevamente en Japón. Sin embargo, en esta ocasión más que el sabor del “omochi” mi atención estaba en el guapo muchacho que machacaba en el mortero y su vincha colocada en la cabeza. De todos modos, con ese “omochi” también hicieron un “anko mochi” que se envuelve con el “omochi” machacado la pasta de judías cocidas y azucaradas llamado “anko”, que dicho sea de paso estuvo muy rico.

Hoy, estamos por recibir un nuevo año con “ozooni”. A todos, ¡Feliz Año Nuevo!

Y como dicen en japonés:

Akemashite Omedetoo Gozaimasu”!

 

© 2014 Laura Honda-Hasegawa

familias comida días festivos comida japonesa mochi mochitsuki natto Año Nuevo Oshogatsu ozoni
Acerca del Autor

Laura Honda-Hasegawa nació en São Paulo, Brasil en 1947. Trabajó en el campo de la educación hasta 2009. Desde entonces, se ha dedicado exclusivamente a la literatura, escribiendo ensayos, cuentos y novelas, todo desde un punto de vista Nikkei.

Pasó su infancia escuchando cuentos infantiles de Japón contados por su madre. Cuando era adolescente, leía mensualmente la edición de Shojo Kurabu, una revista juvenil para niñas importada de Japón. Vio casi todas las películas de Ozu, desarrollando una gran admiración por la cultura japonesa a lo largo de su vida.

Última actualización en mayo de 2023

¡Explora Más Historias! Conoce más sobre los nikkeis de todo el mundo buscando en nuestro inmenso archivo. Explora la sección Journal
¡Buscamos historias como las tuyas! Envía tu artículo, ensayo, ficción o poesía para incluirla en nuestro archivo de historias nikkeis globales. Conoce más
Nuevo Diseño del Sitio Mira los nuevos y emocionantes cambios de Descubra a los Nikkei. ¡Entérate qué es lo nuevo y qué es lo que se viene pronto! Conoce más