El plato preferido de mi madre era feijoada y la de mi padre era bacalhoada. Yo que soy de tercera generación, desde niña era el “natto”.
Confieso que es la primera vez que revelo esto. Lo que antes no podía decir, finalmente ahora puedo.
Porque ahora la cocina japonesa está comenzando a ser reconocida entre los brasileros.
Cuando era niña, durante la escuela primaria (década del 60), era común que les digan a los alumnos de origen japonés “los japoneses comen pescado y verdura cruda”.
Recuerdo una anécdota en la primera escuela donde trabajé. Una profesora de ciencias se acercó y me dijo “Uds tienen hábitos raros. ¡Comen poroto podrido!“
Eso era justamente mi comida predilecta y no pude contestarle. Era joven y no tenía coraje para argumentar a una colega. Fue hace más de 30 años.
Hace poco fui a un festival japonés y me sorprendí. Había workshops de taiko y anime. Un show room de autos japoneses. Demostraciones de ikebana y ceremonia de té. Pero lo que se llevaba la atención era el puesto de comidas.
Brasileros, nikkeis, niños, abuelos, jóvenes hacían largas filas para comprar yakisoba, tempura y okonomiyaki .
Hice la fila para comprar “okonomiyaki estilo Hiroshima”. La niña que estaba atrás mío tenía más conocimiento del okonomiyaki más que cualquier japonés y les explicaba a sus 5 amigos. Me sorprendió porque lo que decía era todo correcto.
Creo que el boom de la comida japonesa es gracias a los médios de comunicación. Las celebridades de la televisión y de la música declaran que adoran la comida japonesa y en las novelas, las escenas en los restaurantes japoneses ya no son una novedad.
Se dice que la comida japonesa es saludable y bueno para las dietas.
Los tiempos cambiaron. Antes no podía decir “me gusta natto ”. Es sorprendente. Ahora los niños de ojos verdes de cuarta generación comen arroz blanco con natto o furikake . La comida japonesa es lo máximo.