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La desigualdad social y la inseguridad en América Latina - Parte 1

El crecimiento económico registrado en esta última década en América Latina muestra partes positivas y temas pendientes que ya vienen de antes, tal vez desde la misma colonización hispano-lusitana. Algunos países han logrado organizar mejor el Estado y han dado respuestas a la educación y a la seguridad pública, pero en muchos otros ha empeorado la desigualdad y la falta de oportunidades.

Además, casi todos los países han experimentado “revoluciones” para cambiar pero no siempre esos cambios han sido para mejorar. Sean gobiernos de izquierda o de derecha, civiles o militares, se han ido alternando en cada etapa de la historia y recién en los últimos años han ido afianzando la democracia. Sin embargo, aun con elecciones no se ha evitado el surgimiento de gobiernos autocráticos con poca transparencia. Y tanto a nivel nacional como de las autonomías provinciales se han enquistado los “feudos” ya existentes, donde un grupo de familias o grupos económicos controlan la política, los medios, la justicia, las industrias locales, etc. Por más que estén dentro de una república o una federación distan de ser democráticos.

Por otro lado, en estos últimos diez años ha aumentado una nueva clase media. Se calcula que de 100 a 150 millones de personas han logrado este salto cuantitativo en países como el Brasil y el Perú, entre otros, quienes han accedido a un consumo mayor, por ejemplo de electrodomésticos, servicios, etc. Los expertos señalan que eso ha corregido en parte la desigualdad económica y social y que ahora estos consumidores son un importante mercado consumidor que es motivo de atención de muchos países que miran como destino de sus exportaciones.

Sin embargo,¿la desigualdad del que se habla es tan desigual?

Tomando en consideración los datos de diversos estudios como el del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Unesco, de la CEPAL y organismos competentes de los gobiernos, los expertos señalan en líneas generales lo siguiente:

1)  Hacia 1980, la mitad de la población de esta región era considerada pobre pero hacia 2011 esa proporción se redujo al 33%. Se dice que más de 100 millones han pasado a engrosar la nueva clase media y muchos dejaron de ser pobres. Pero, eso no ha significado que la clase pudiente haya sufrido una reducción de sus fortunas o que eso haya sido objeto de reparto a otros estratos sociales; al contrario, como lo indican los expertos estos han incrementado mucho más sus bienes y por eso existe la sensación de que la desigualdad se haya ahondado.

El PNUD-Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo señala que los países más desiguales en la distribución de la riqueza son Honduras, Bolivia, Colombia, Brasil y Chile y los que tienen una desigualdad menos perversa son Nicaragua, Argentina, Venezuela, Uruguay, Jamaica y Perú.

Los expertos hacen hincapié en que el ascenso social en muchos países de la región ha sido promovido por las ayudas sociales como la Bolsa Familia de Brasil que ha tenido un impacto económico muy grande y que hay países en donde el 40 al 70% de la población siguen recibiendo algún tipo de ayuda pública y que eso está generando una carga enorme a las arcas del Estado. Es una clase media endeble y cualquier agravamiento en las finanzas públicas podría generar una crisis social de alcances políticos muy complejos.

2)  Es casi indiscutible que una educación de calidad para todos es la mejor forma de corregir esta desigualdad, pero en muchos países hay todavía un 20 a 30% (en zonas rurales y selvática y areas montañosas la proporción es mucho mayor) de niños que terminan siquiera la primaria y si bien el acceso a la secundaria ha aumentado tampoco significa que todos la finalizan. El nivel de abandono es elevado y en areas rurales o en los bolsones de pobreza de las grandes ciudades este índice supera el 50%. Eso incide en la diferencia salarial que existe entre los empleados calificados y los no, y el no tener la secundaria limita su posterior capacitación. Y aunque tuviere estudios superiores es patético la desigualdad que puede existir entre los que han terminado sus carreras en universidades de excelencia con los que se han diplomado en casas de estudio no muy reconocidos o de dudosa credibilidad.

Los reclamos estudiantiles en Chile donde exigen una mejor educación y un mayor acceso a las universidades es porque, al igual que en otros países, una educación de calidad implica enormes erogaciones y no todas las familias están en capacidad de afrontar esos costos.

Además, el perfil de técnicos y profesionales que exige el mercado laboral y las industrias difiere de lo que las instituciones educativas forman. Hay un exceso de graduados en ciencias sociales y muchos de ellos con una preparación baja cuando la región está solicitando más mano de obra técnica y altamente capacitada en los rubros de infraestructura, minería, medio ambiente, agricultura, etc. Las empresas dan cuenta de la escasez de estos recursos y en parte son cubiertos por profesionales de otros países que han optado por ubicarse en Sudamérica.

3)  Otra forma de reducir la desigualdad en los países de América Latina es ampliar la base tributaria para fortalecer las finanzas del Estado.

Los ingresos fiscales en México es apenas el 11% del PBN y en la mayoría de los países son sistemas tributarios regresivos y por más “revolución y reformas” que emprendan si los que más ingresos y bienes tienen no pagan sus impuestos no tiene sustentabilidad el sistema. Dada la enorme influencia de la dirigencia política que representan los intereses y la estructura económica que los favorece se hace muy difícil corregir el sistema tributario para que la recaudación sea más progresiva y justa.

Encima, la mitad o más de los trabajadores laboran en negro o sea sin estar registrados lo que implica que hay una enorme masa de personas y empresas que no pagan los tributos ni las cargas de la seguridad social.

Se dice que Chile y Brasil hay muchos empleos que cobran un promedio de 1.400 a 1.600 dólares al mes pero estos valores no tienen la contrapartida en productividad laboral, por lo que están perdiendo competitividad ante los países asiáticos como China e India.

En tal sentido, en los países donde el crecimiento económico está disminuyendo (excepto, al menos Paraguay, Panamá y tal vez el Perú) si no implementan rápidamente programas de capacitación técnica y un mejoramiento sustancial de todo el sistema educativo no podrán ser competitivos y sufrirán una disminución de su salario nominal y real.

Los empleos y las actividades que tienen una alta competitividad son las industrias de exportación, las que participan empresas internacionales y solo algunas consideradas estratégicas, que no necesariamente generan mucho empleo. Un ejemplo es la minería de Chile donde ocupa el 60% de las exportaciones y el 20% del PBN y solo emplea a 200.000 trabajadores dentro de una población laboral de 7,7 millones (la población total es de 16.5 millones). Incluso, el efecto multiplicador es limitado por su especialidad y si bien puede generar cierto valor agregado no deja de ser un actividad primaria sujeto a los recursos naturales.

Paraguay es un país con un alto crecimiento pero es importante ver algunos aspectos para reflexionar acerca de las contradicciones que hay en la región.

Tiene 6.6 millones de habitantes pero también 14 millones de cabeza de ganado (hoy, unos de los exportadores de carne más importantes de la región después de Brasil y Uruguay, superando a la Argentina) y una capacidad de producir soja para mucho más que su población. Sin embargo, el 85.5% de las tierras cultivables y de pastoreo lo concentran el 2.6% de los propietarios y lo más paradójico es que teniendo una agricultura rentable (al menos en estos dos decenios y principalmente en esta última por el aumento de los precios internacionales de la soja) la pobreza rural asciende al 44.8%. Varios expertos señalan que la desigualdad de ingresos entre los grandes propietarios y los trabajadores rurales es de varios cientos de veces y por ende la tensión social puede profundizarse y aumentar las ocupaciones ilegales de tierras privadas. El agro y la ganadería ocupan el 20% del PBN pero dicho sector genera solamente el 2% de los ingresos fiscales. Los propietarios gozan de deducciones en los tributos y como consecuencia de ello la carga tributaria es baja.

A este efecto, se dice que en el gobierno algunos están evaluando un impuesto a las exportaciones (retenciones) como las existentes en la Argentina donde el Estado puede “cobrar” directamente antes de liquidar el pago de las ventas al exterior y destinar esos recursos a programas sociales, educación e infraestructura.

Area cerealera del Paraguay, ruta hacia Encarnación. Ya es el 5º país productor de soja del mundo pero solo un puñado de propietarios tiene el 85.5% de las tierras para el agro mientras que el 44.8 de los trabajadores rurales están en la pobreza.

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© 2014 Alberto J. Matsumoto

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Sobre esta serie

El licenciado Alberto Matsumoto encara las distintas facetas del Nikkei en Japón. Desde la política migratoria sobre la inserción al mercado laboral del inmigrante hasta su inculturación a las costumbres y lenguaje japonés a través de la educación primaria y superior. Analiza la vivencia interna del Nikkei latino con su país de origen, su identidad y su convivencia cultural personal y social en un contexto cambiante de globalización.

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Acerca del Autor

Argentino, descendiente de segunda generación, radicado actualmente en Japón. Es licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador, Buenos Aires. En 1990 obtiene la beca del Ministerio de Educación de Japón y realiza sus primeros estudios en la Universidad de Tsukuba. Luego, en 1997 obtiene la Maestría en Derecho Laboral y Económico en la Universidad Nacional de Yokohama. Director General de la Consultora Idea Network, especializada en traducciones jurídicas. Ha sido intérprete judicial en la Corte de Tokio y Yokohama por más de 20 años. Es profesor de Español en la Prefectural de Shizuoka y de Economia, Sociedad y Derecho de América Latina en la Facultad de Derecho de Dokkyo University. También imparte sobre Historia de la Inmigración Japonesa y Sistema Educativo de Japón, en la Kaigai Nikkeijin Kyokai para los becarios Nikkei de la JICA. Ha publicado varias obras como la Ley de Migraciones de Japón, Impuesto a la Renta , en castellano, y en japonés: Los 54 capítulos para conocer la Argentina (Akashi Shoten, 2005), Aprenda el español con solo escuchar el CD (Chukei Shuppan, 2007), etc. En 2017 obtuvo el Premio Gratitud a la Cooperación Internacional del Presidente de JICA -Agencia de Cooperación Internacional de Japón y en 2018 estuvo a cargo del análisis e informe del estudio de las comunidades nikkei de México, Cuba y Argentina, de la División América Latina de la Cancillería de Japón (Gaimusho). http://www.ideamatsu.com/

Última actualización abril de 2020

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