Es redondo y tiene un relleno de dulce de azuki (soja roja) . Es el Manju , dulce tradicional japonés que los brasileros conocen como dulce de feijão .
Esto es una historia que escuché de mi madre. Hace 80 años atrás, cuando la família vivía en el sitio.
En cierta ocasión apareció una visita de la ciudad, un señor japonés con un presente extraño: manju .
Los niños no perdieron tiempo y colocaron la escoba dado vuelta detrás de la puerta - era una manera para que la visita se vaya rápido de la casa-.
La visita se fue. Los niños se dirigieron directamente a los manjus .
Cada manju se dividió en 4, porque eran 10 hermanos. No podían saborear uno entero. La merienda de ese día era ese manju .
Soy hija única. Podía comer 1 ó 2 manjus . La cantidad que quiera. Pero luego de escuchar esa historia, cambió el sabor del manju .
Ahora también, cada vez que veo un manju , recuerdo la historia de mi madre. Llevaba una vida pobre pero divertida. Me brotan lágrimas de mis ojos.
Por más que pasen años, no puedo olvidar el sabor de manju . Sabor a “nostalgia”.
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© 2011 Laura Honda-Hasegawa