Descubra a los Nikkei

https://www.discovernikkei.org/es/journal/2023/10/24/embracing-imperfection/

Abrazando la imperfección: una travesía de autoexploración en Japón

A inicios de la primavera del 2023, yo llegué a Tokio, Japón, junto con mi mamá y mis dos hermanas mayores. Habían pasado tres años desde nuestra última visita. No habíamos regresado desde entonces, debido a las restricciones por el Covid-19 y estaba entusiasmada por explorar la ciudad.

Cada vez que se me daba la oportunidad de visitar Japón, admiro la variada arquitectura y todas las tiendas que no existen en California. Amo Japón, de verdad. Desde la comida de la calle, hasta los callejones escondidos que albergan las tiendas de antigüedades, a los hermosos paisajes, lo amo todo. Durante ese viaje; sin embargo, descubrí que amar algo puede ser difícil también.

Cuando he viajado a Japón, siempre me he sentido incómoda hasta cierto grado, pero nunca fue nada que no pudiese manejar. Sin embargo, en este último viaje, mis sentimientos de autoconciencia empezaron a crecer y a agobiarme.

En los Estados Unidos, yo podía notar que estaba finalmente cómoda con la identidad que me iba formando, pero el momento en que pisé tierra en Japón me pareció que se me había lanzado hacia una brutal crisis de identidad una vez más. Mi confianza se vino abajo cuando estuve en Japón - me sentía cohibida debido a mis habilidades lingüísticas - y me sentía ansiosa ante las conversaciones con gente común y corriente.

Tras llegar al aeropuerto, mi ojiichan y mi obaachan nos dieron la bienvenida afuera, mientras nos apresuraban a subir nuestro equipaje a la maletera de su pequeño automóvil. Logré saludarlos entre dientes, además de ofrecerles varios agradecimientos que probablemente no fueron oídos.

En el carro, mi ojiichan inició conversaciones que solo podían ser descritas como sonido de fondo para mis oídos que frecuentemente se rendían ante las palabras del idioma japonés. En esos treinta minutos de viaje en automóvil, mis oídos reconocían palabras familiares y luego fallaban en su tarea, una vez que perdía el hilo de la conversación entre las partículas y las conjugaciones del japonés. Tan agotador como era, estaba acostumbrada a ello, pues era un proceso familiar que sucedía cada vez que pisaba Japón.

Sin embargo, ese proceso se rompió tan fácilmente ante una implacable vendedora de una tienda de ropa. A pesar de haberme acostumbrado a no hablar a menos que se me hablase antes, y a recurrir a frases básicas y simples, en esa tienda tuve que dolorosamente enfrentarme ante mis carentes habilidades lingüísticas.

Cuando entré a la tienda sola, fui recibida con sonrisas resplandecientes y una alegre voz de servicio al cliente de la vendedora de tienda de ropa. Le sonreí un poco también, pero inmediatamente evité hacer contacto visual para prevenir que se me acerque. Mientras caminaba alrededor de la tienda, empecé a sentirme más cómoda conforme me absorbían los diseños de sus suéteres, las texturas de sus pantalones y la sorprendente cantidad de color en una blusa, a pesar del reducido perímetro de la tienda.

No obstante, mi inmersión en la ropa y los inicios de mi relajo, pronto se disiparon ante la aparición de la vendedora, quien estaba parada a dos pies de donde yo estaba. Ella era mucho más pequeña que yo, se comportaba y movía de manera suave, y me lanzó una sonrisa que solo puede ser descrita como brillante.

A pesar de todo esto, yo estaba aterrada. Sentía que me congelaba, como si estuviese paralizada de miedo. Rezaba para que me dijese algo simple, algo que pudiese entender y a lo que pudiera asentir la cabeza y seguir con mi día sin preocuparme. En vez, me bombardeo con palabras que me parecían ser incomprensibles. Incliné la cabeza y la miré confundida, pero no podía decir nada. Estaba paralizada. Ella surcó sus cejas y repitió las mismas palabras, pero su exageradamente dulce voz fue sustituida por una voz que era mucho más imponente con una entonación de irritación.

La ansiedad me llenó el cuerpo, empezando en mis manos. Sentía que las palmas de mis manos empezaban a sudar y a temblar ante las palabras cuyos sonidos me eran familiares, pero indescifrables. Luego, estaba mi rostro. Sentía que enrojecía de la vergüenza, ante la fulminante mirada de la vendedora, quien estaba tratando de disimularla, pero sin lograrlo. Finalmente, estaba mi voz. Sentía que mi respiración se apresuraba en su ritmo y las palabras que le chillé a la vendedora no eran nada más que sonidos sin significado. Antes de ver su reacción ante mi balbuceo, yo me disculpé rápidamente, al mismo tiempo que miraba fijamente el piso y salía raudamente de la tienda.

Conforme pasaban los días en Japón, ese momento parecía ser que se me quedó grabado en la mente, reproduciéndose en cualquier momento en donde no tenía nada en que pensar. A menudo, la reproducción del momento estaba acompañada de mis pensamientos:

“Desearía haber aprendido japonés cuando era más pequeña” y ¿Por qué es que conectarse con la cultura ajena parece tan fácil para el resto?”

Mi experiencia en el Japón se quedó enterrada profundamente en mi subconsciente y me dejo sintiéndome perdida, confundida y aislada. Crecer como de segunda generación por el lado de mi mamá y de cuarta generación por el lado de mi papá, causó una grieta inesperada en mi habilidad por conectarme con mi legado.

Yo inherentemente entendía las costumbres y los gestos japoneses, pero en repetidas ocasiones yo sentía que no me podían llevar lo suficientemente lejos en una conversación, antes de que esta termine abrupta o prematuramente. Yo constantemente me siento como una impostora; me veo como japonesa y llevo conmigo las actitudes culturales en la manera que me muevo y hablo, pero en el momento que entablo una conversación hay una fuerte desconexión.

Conectarme con mi legado es algo que, honestamente, ha sido difícil y profundamente aislante para mí. Mientras experimentaba mi identidad japonesa americana; sin embargo, yo descubrí que puedes amar algo tanto como lo temes, y que mientras más aprendes a amar algo, menos miedo le tienes. Esta fue una lección que aprendí una vez que retorné de mi viaje a Japón.

Irónicamente, fue la existencia de tanto mi miedo y desesperación por amar el idioma que me condujo a, un día, parar en una librería y comprar un libro de idioma japonés. Fue la naturaleza impulsiva de esta acción la que hizo que todo lo que estaba tratando de manejar pareciese más llevadero.

Desde entonces he estado redescubriendo todas las estructuras de las oraciones y los tonos que inherentemente me sabía varios años antes, pero que de alguna manera perdí mientras crecía. Aunque no alcance la perfección en un futuro cercano, yo estoy aprendiendo a sentirme cómoda empapándome de algo que antes había asociado con el miedo. Esta accidentada e imperfecta travesía propia de mi herencia es algo que no se exhibe muy a menudo.

Por esa misma razón, quiero dar voz a mi experiencia, aun si solo es en una pequeña porción. Mi experiencia no es convencional o atrayente, pero es mía, y siento que la travesía es gratificante, no obstante.

 

© 2023 Lauren Rise Masuda

identidad Japón
Sobre esta serie

Nuestro tema para la 12.° edición de Crónicas Nikkei —Creciendo como Nikkei: Conectando con nuestra Herencia— pidió a los participantes que reflexionaran sobre diversas preguntas, tales como: ¿a qué tipo de eventos de la comunidad nikkei has asistido?,¿qué tipo de historias de infancia tienes sobre la comida nikkei?, ¿cómo aprendiste japonés cuando eras niño?

Descubra a los Nikkei aceptó artículos desde junio a octubre del 2023 y la votaciónde las historias favoritas cerró el 30 de noviembre del 2023. Hemos recibido 14 historias (7 en inglés, 3 en español, 5 en portugués y 0 en japonés), provenientes de Brasil, Perú y los Estados Unidos, con uno presentado en varios idiomas.

¡Muchas gracias a todos los que enviaron sus historias para la serie Creciendo como Nikkei!

Hemos pedido a nuestro comité editorial que seleccionara sus historias favoritas. Nuestra comunidad Nima-kai también votó por las historias que disfrutaron. ¡Aquí están sus elegidas!

(*Las traducciones de las historias elegidas están actualmente en proceso.)

La Favorita del Comité Editorial

 
La elegida por Nima-Kai:

Para saber más sobre este proyecto de escritura >>


* Esta serie es presentado en asociación con: 

     

 

Mira también estas series de Crónicas Nikkei >>

Diseño de logo por Jay Horinouchi

Conoce más
Acerca del Autor

Lauren Rise Masuda es una joven escritora, actualmente en su último año de secundaria en South High School en Torrrance, California. Como japonesa americana de segunda y cuarta generación, ella espera poder ofrecer una perspectiva cultural única a través de su escritura. Con el uso de sus experiencias personales, ella busca brindar luz sobre las complejidades de la identidad cultural, como también resaltar la belleza que las rodea, que a menudo no son oídas. Además de escribir, a ella le interesan las artes creativas, y a menudo pasa su tiempo cosiendo, dibujando y leyendo.

Última actualización en octubre de 2023

¡Explora Más Historias! Conoce más sobre los nikkeis de todo el mundo buscando en nuestro inmenso archivo. Explora la sección Journal
¡Buscamos historias como las tuyas! Envía tu artículo, ensayo, ficción o poesía para incluirla en nuestro archivo de historias nikkeis globales. Conoce más
Nuevo Diseño del Sitio Mira los nuevos y emocionantes cambios de Descubra a los Nikkei. ¡Entérate qué es lo nuevo y qué es lo que se viene pronto! Conoce más