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Adiós, amigo Paquito

Paquito con su hijo Hugo Miyadi, Torneo Tenis Desayuno, AELU, año 2013. 

El tiempo es lo único que nos proyecta y nos da el término de las cosas. En él tenemos los años vividos y los años por venir. La edad es el reglamento de nuestros principios y sabemos que al final la luz se apagará y todo quedará en el recuerdo.

El viejo amigo, recordado, querido y siempre estimado por los principios de la amistad. Ese es Hugo ‘Paco’ Miyadi Hinostroza. Fue el personaje que por 1956 llegó a Jauja a jugar un partido de béisbol y un campeonato de ping pong o tenis de mesa invitado por el Club Los Andes de la colonia japonesa de Jauja. Yo, con 16 años y él tal vez con veinte, fue el principio de una amistad que comenzó para nunca terminar. Los años que siguieron y se prolongaron simplemente fueron el camino a seguir en una vida que nos marcó de todo y nos hizo ver que la amistad es la melodía con la cual la vida nos llena de felicidad y recuerdos.

Paquito Miyadi, primero de izquierda. Equipo de Ping pong del Club. Asociación Nacional Nisei Huancayo, ano 1956

Paco vivía en Huancayo y yo en Jauja. Él nació en el Valle del Mantaro y yo en Lima. De chico me llevaron a Jauja. Los veinte años que representaban en mi vida hizo que me sintiera serrano y aún lo llevo con orgullo por mi niñez y juventud.

El Valle del Mantaro es la combinación de tres provincias: Jauja, Huancayo y Concepción. Ellos representan la calidad de vida y la tranquilidad con el que se vivía por la década de los años cuarenta y cincuenta. Hermosos paisajes, belleza exclusiva, sonoras mañanas de aves andinas, risueña vegetación y tranquila opereta en la región del Mantaro. La bicicleta era nuestra forma de movilizarnos y los hermanos Miyadi, Paco y Víctor, que siempre fueron la grata compañía y el deseo de conocer la ciudad de Huancayo y sus alrededores.

Nuestra segunda etapa fue el Tenis AELU por los tiempos vividos en el encierro sublime y sonoro de sus canchas rojizas y sus instalaciones de nostalgia. Huancayo, Tarma y Jauja siempre surgían en cada compromiso musical: “La peña del café con leche” o el sublime Karaoke actual: Paquito Miyadi, Pedrito Aritomi, Rosita de Mayeshiro, Daniel Kuriyama y Luis Iguchi. Representábamos a las tres ciudades mencionadas. El huayno era nuestro emblema en cada actuación o fiesta y el micrófono era compartido como un símbolo de amistad.

Cuatro años atrás vivimos el deseo de sentirnos los “abuelitos del tenis” en un viaje por los países de Chile y Argentina. Vivimos el apoyo y cariño por los mejores veinte días fuera de nuestro querido país. Aprovechamos la oportunidad de conocer “Los Lagos del Sur” en compañía de quince damas y cuatro caballeros. Aquello vino después de participar en el Campeonato “Confraternidad Nikkei”, llevado a cabo en Chile. Santiago fue la sede donde se desarrolló dicho evento y tuvimos la oportunidad de salir campeones por primera vez en Tenis Femenino, Categoría Damas 50 años. Dicho equipo estuvo formado por las damas Mercedes Guioma, Brunella Marcial, Nancy Galla, Doris Tayra, Chary Nakandakari y Marilú Shigyo. El equipo peruano se alzó con los títulos de campeón y tercer lugar, ganando las medallas de oro y bronce. En segundo lugar, quedó el equipo de Brasil.

Paquito y Lucho en los Lagos Del Sur

Al término del campeonato viajamos al sur de Chile y de ahí iniciamos el viaje esperado por las quince damas y los seis caballeros. Con nuestra capitana y principal animadora, la señora Mercedes Guioma, llevamos a cabo este maravilloso y recordado viaje por los “Lagos del Sur”, como maravillosamente se le llama y conoce a este tour de dos países hermanos, Chile y Argentina. En nuestra lista estuvieron Mercedes Guima, Nancy Galla, Doris Tayra, Brunella Marcial, Chary Nakandakari, Nancy de Miyasato, Rocío Kuwae, Norma Yagui, Mirian Nakasone, Marilú Matsutahara, Silvia Fuchikame, Rosa Yamamoto, Keiko Tamashiro, Hiromi Hozumi y Sayuri Murata. Los cinco caballeros fueron Juan Kanashiro, Tetsuo Suguimaru, Héctor Tsuchiya, Jimmy Nakasone y ‘los abuelitos’ Hugo Paco Miyadi y Luis Iguchi.

Maravilloso y recordado el viaje en donde Paco y yo tuvimos los sueños y recuerdos de más de sesenta años de amistad. Cada noche, en la tranquilidad de nuestro dormitorio en los hoteles frecuentados, los recuerdos, las risas, las canciones, los lugares, los deportes, nuestros amigos conocidos, los bailes, los paseos y los trabajos que desde chicos nos impusieron nuestros padres y al término de cada noche el recuerdo de aquellos amigos que ya partieron a la eternidad.

Paquito llegó a jugar en el último “Confraternidad Nikkei”. Aquello era su pasión con la raqueta en mano y el corazón a ganar. Yo simplemente acompañé a las damas para recoger las bolas. Tiempo que no jugaba, pero el deseo de pisar la cancha me hizo tentar en cada punto ganado y en cada set a nuestro favor. Y llegamos a la cima, sin querer queriendo. En pleno viaje de “Los Lagos del Sur” encontramos un teleférico popular y asombroso. Al subirnos los dos sentimos que la cuesta era un verdadero paisaje. La foto de un viaje sobre el calor de un verano nos lleva a tomar el cielo como nuestro magistral orgullo de encontrarlo. Aquello que es el más grato recuerdo de dos amigos vive sobre un cuadro en el comedor de mi departamento.

Paquito Miyadi, desfile en Undokay del Estadio La Union, AELU.

Estos últimos meses el AELU fue el término de una pandemia cruel y fatal. Y el tener nuevos amigos fue lo mejor de esta última cosecha. Las tardes de grata compañía nos llenaron de amistades en el Nuevo Rincón de los Pájaros Muertos. Y la soledad de nuestro encierro se convirtió en el quehacer de la risa y los recuerdos. Agradecer a nuestros padres y abuelos que tuvieron la oportunidad de dejarnos este hermoso recinto deportivo es querer enseñar a las jóvenes generaciones que el AELU es y será la Casa Hogar para el deporte, la amistad y el perdón con el que cada deportista o caminante encontrará el último refugio de su vida.

Paquito se sentía feliz cada vez que venía y nos encontrábamos. El hecho era ‘volear’ sin querer ni poder correr. Los golpes de la bola en la raqueta eran la continuidad de nuestro sano deporte, la cancha roja y los refugios de las bancas hacia los jugadores, nos daban esa sensación de volver a nuestros años de campeonatos formales.

Dos meses atrás me comentó con su tranquila sonrisa de siempre que se estaba quedando ciego, de a poco. Yo lo miré y le dije “es nuestra visión de serranos”. Miramos el Valle del Mantaro en todo su esplendor y no sabemos cuidarnos del clima que nos da de todo. Era mentira mi respuesta. Hoy Paquito descansa en paz al lado del Señor que tuvo la gentileza de llamarlo en la edad que nos retiramos de la vida. Querido y recordado amigo, siempre estaremos juntos en los cálidos partidos y en los viajes que nos llenaron de amigos.

 

© 2022 Luis Iguchi Iguchi

Acerca del Autor

Luis Iguchi Iguchi nació en Lima, en 1940. Fue colaborador de los diarios Perú Shimpo y Prensa Nikkei. También colaboró con las revistas Nikko, Superación, Puente y El Nisei. Fue presidente fundador del Club Nisei Jauja en 1958 y miembro fundador de la Compañía de Bomberos Jauja N° 1 en 1959. Falleció el 7 de noviembre de 2023.

Última actualización en diciembre de 2023

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