Hace más de 30 años, mi marido y yo nos mudamos a Brasil por su nuevo puesto en la compañía. En ese entonces, lamentablemente, el fútbol no era un deporte popular en Japón, y casi no había información sobre Brasil. No sabía nada, apenas que Brasil era el país del café y del carnaval e imaginaba que había carnaval todos los días. Recuerdo, como si fuera ayer, lo ansiosa que estaba antes de viajar.
En el Brasil de entonces, estaba prohibida la importación de productos japoneses y era difícil su obtención. Los sembei japoneses que llevamos en la maleta eran muy valiosos.
Cuando fui a presentarme a un japonés que vivía en el mismo edificio – dijo - mientras me entregaba okaki (galletas de arroz) “Como hace poco vino, no le parecerá sabroso , pero le gustará después de vivir 4 o 5 años”
Hace poco que había llegado de Japón y el okaki brasileño no era tan sabroso; pero,como se acabaron los que había traído de Japón y tenía ganas de comer sembei, fui a buscarlos al barrio de Libertade (barrio oriental), pero no encontré los sembei redondos sabor a syoyu sino que eran okaki. El sabor era ciertamente diferente a los de Japón. La masa era dura y faltaba sabor pero no se humedecían si los dejaba guardados, tal vez, por el clima más seco de San Pablo.
Cuando tuve que regresar a Japón, luego de 5 años en el Brasil, me sorprendí al darme cuenta de que estaba comiendo el okaki brasileño como si fuera mi “okaki japonés favorito”. Esto era algo sorprendente o lógico.
Una cosa que aún recuerdo bien hasta ahora es el “umeboshi brasileño” (pickles de ciruelo). Su apariencia no se parecía al umeboshi hecho con los ciruelos ume, pero tenía el sabor ácido y era el sustituto apropiado del umeboshi. Los encontré en la feria y los compré. Recordaba claramente su singular forma pero quería saber exactamente cómo estaba hecho.
Pregunté sobre el “umeboshi brasileño” recientemente a un nisei de edad mayor que vino a Japón. Me explicó que no se encuentran durante todo el año pero que se venden en la feria en mayo o junio. Sorprendentemente, el umeboshi brasileño estaba hecho del sépalo de la flor. Aparentemente, viene de una flor llamada Roselle que es de la misma familia Malvaceae que el Hibisco. Imaginé a los inmigrantes comiendo los umeboshi caseros inventados de esa forma, soñando que un día regresarían a Japón y sentí el esfuerzo de aquellos inmigrantes para encontrar el sustituto del ume.
Actualmente se puede importar libremente los umeboshi japoneses y también se puede ver los umeboshi hechos con umeboshi brasileños en los negocios donde venden productos japoneses y solamente un puñado de personas conoce sobre el “umeboshi brasileño” de aquel entonces.
Encontré en internet su modo de preparación: Sacar la semilla del sépalo de Roselle es un trabajo que lleva tiempo, pero con vinagre, sal y azúcar, en 24hs se hace el umeboshi brasileño. En Japón es difícil encontrar sépalo de Roselle para hacerlo en casa y es por eso que el umeboshi brasileño se puede comer solamente en la comunidad nikkei brasileña y podría decirse que es un “umeboshi fantasmal”.
Justo cuanto tenía antojo de comer uno, llegó esta foto de una amiga brasilera.
Ese umeboshi fantasmal se comercializa como el producto “Hana Ume” y se puede obtener sin ir a la feria en mayo o junio. Hoy más que nunca quisiera probarlo.
© 2012 Naomi Kimura