Eran los día más esperados del año: las vacaciones de verano, estaba feliz por no tener que levantarse temprano ni realizar las interminables tareas escolares. Buscaba en qué invertir su tiempo libre, ya que le habían prohibido jugar con la vecina y no tenía nada que ver frente a la pantalla. Pensaba hacia dónde dirigirse, la regañarían por jugar en los muebles antiguos de la sala y los adornos que tanto le gustaban. La cocina y el baño estaban prohibidos para divertirse por los peligros que representaba. En los cuartos s...