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Un legado precioso... y delicioso

La señora AIKO HIGUCHI, 96 años, nacida en Japón; hace 90 años que vive en Brasil, en San Pablo

La vida de la señora Aiko, una “obatiam” simpática e hiperactiva que, hasta el día de hoy, a los 96 años, nos da una lección de buena disposición y alegría de vivir, serviría muy bien de inspiración para un libro. Ella fue incluso el tema de un pequeño reportaje en este periódico, en el mes de julio pasado, además de haber sido entrevistada por la televisión japonesa NHK, por el diario francés Le Monde y citada en algunas publicaciones.

La señora Aiko, quien vive en Brasil desde hace 90 años y más de 60 años en la capital de San Paulo, posee otras cualidades que se podrían resaltar más allá de su longevidad, sin embargo, en este momento, me gustaría concentrarme en una de ellas, que siempre es destacada por las personas que la conocen desde hace bastante tiempo: su habilidad para cocinar.

Con la simplicidad, que es una de sus características, sin nunca haber hecho un curso especial de cocina y sólo con formación básica, la señora Aiko tiene una experiencia y habilidad para preparar platos que nos transportan a la comida casera, familiar, no siempre muy sofisticados pero que encantan y agradan porque forman parte de nuestra vida cotidiana. Es ese arroz con feijão [frijoles] de todos los santos días, el bifecito magro con cebolla, papitas fritas y ensalada básica. Los domingos, cuando era posible, aquella feijoada[guiso típicamente brasileño a base de frijoles negros cocidos con variedad de carnes ahumadas acompañado con arroz]light, con poca grasa; la lasaña y los deliciosos pastelitos, con la masa preparada por ella misma, con algún secreto que da un sabor especial a las exquisiteces. Y, en las fechas especiales, aquel pernil de cerdo asado que, por el aroma que exhala, rápidamente nos hace pensar en un sándwich de pernil con hojas de rúcula. ¿Quién puede resistirse? Y ¡¡¡los buñuelos de bacalao, los camarones empanados, las costillitas de cerdo!!! Creo que el secreto no sólo está en los condimentos sino más que en eso, en las manos mágicas de esa señora, que todo lo hace con la mayor tranquilidad del mundo, sin nunca perturbarse. Y, todo lo que ella hacía y hace todavía hoy, a pesar de su edad avanzada, está bien hecho y sabroso.

Incluso en las visitas inesperadas que recibía, cuando estaba obligada a preparar algo, brotaban la creatividad y la improvisación, cumpliendo su misión con mucha competencia. En pocos minutos, producía de casi nada un almuerzo o una cena deliciosos. Y, ¿¡el cafecito de filtro, indispensable después de las comidas que ella preparaba?! ¡Recuerdo aquel café hecho en el horno a leña, con aroma y todo, que se hacía antiguamente en el interior! ¡El "negrito" era la compañía ideal para acompañar los bolinhos de chuva [buñuelos de lluvia: postre tradicional brasileño que consiste en una masa suave, se fríen en aceite hirviendo y se sirven espolvoreados con azúcar y canela] que ella preparaba cuando los nietos y las bisnietas aparecían de vez en cuando! "Bisa, ¿me haces esos buñuelos?" ¡Era el pedido infalible cuando las nietitas llegaban!

Donde ella brilla también con igual intensidad es en el "trivial variado" [platos más sofisticados, diversificados] de la cocina japonesa, en los prosaicos platos de cada día, que se mezclan o se alternan con los platos brasileños. Los privilegiados visitantes que frecuentan de la casa suelen saborear los tempura, missoshiru, kare-rice, udon, soba, sushi, onishime, tsukemono, chawam-mushi, entre otros, que ella prepara con gran competencia.

En este momento, hago una pausa y paso a recordar la hermosa película de Naomi Kawase, Una pastelería en Tokio (An) cuya temática gira en torno de un comerciante de dorayaki, aquellos deliciosos panqueques rellenos de pasta de dulce de frijol azuki (anko). Para quien no la vio, recomiendo vivamente la película. Es de una delicadeza y sensibilidad, incluso al abordar temas como "el prejuicio, el respeto, la soledad" que, en la película, sirven para valorar la vida y la belleza de lo cotidiano.

En la película, la protagonista Tokue, a pesar de su edad y de las dificultades físicas que carga, prueba tener magia en sus manos cuando se trata de hacer el An (anko), gracias a su receta secreta y a su habilidad. Y su anko termina siendo un éxito y ayuda a impulsar los negocios del comerciante que iban muy mal hasta ese entonces.

Toda esa pausa para afirmar lo que considero una de las mayores especialidades de la señora Aiko: sus famosos ohagui o bota-mochi.

Ohagui/bota-mochi de autoría de la señora AIKO.

Pues, no es tan sólo el anko de la señora Aiko, sino que también es una poción mágica que rellena los maravillosos y deliciosos ohagui o bota-mochi que ella prepara con tanta habilidad que, aquellos que tuvieron la oportunidad de probarlos, luego terminan volviéndose fans del dulce y, obviamente, de la Sra. Aiko. Todos lo consideran un manjar, tal es el esmero y el sabor de esos dulces preparados por ella. Y, a diferencia de los dorayaki de la película, el secreto no está sólo en el anko. Es la armonía entre los dos componentes, el buñuelo de arroz y el anko, todo en el punto correcto. Y son hechos como si fueran a medida, ni tan grandes, ni tan pequeños y siempre colocados uno por uno en esos pirotines de papel, como si fuesen de confitería. Y, al saborearlos, ¡percibimos cuánta dulzura y esmero caben aún en las manos de esa señora casi centenaria! Es como si ella exteriorizara todo el amor, la paz y la alegría de vivir que tiene dentro de sí.

Ya me olvidaba de mencionar que los ohagui/bota-mochi siempre se preparan en dos versiones, la tradicional con cobertura de anko y otra, con relleno de anko y cobertura de harina de soja (kinako).

Siempre creí que ohagui /bota-mochi eran lo mismo, casi sinónimos, sólo con la diferencia de que la primera expresión es más culta y la otra, popular. En verdad, a través del texto de Clara Sasaki, en Google, aprendí que ohagui es una delicia ofrecida en el Ohigan de otoño y, en homenaje a las flores de Hagui, que florecen en esa época, el dulce recibió ese nombre, y uno de los ingredientes del An (anko), el frijol azuki es recogido en esa estación y su cáscara, por estar blanda, puede ser completamente aplastada y por eso tiene esos granos aparentes. Por otro lado, el Bota-Mochi es una ofrenda del Ohigan (equinoccio) de primavera, cuando las flores de Botan florecen en esa época y, como el azuki ya está más duro, es cocido y tamizado y no se usa la cáscara, por lo que el An es liso.

De donde concluyo que el dulce de la señora Aiko se inclina más hacia el bota-mochi, por ser el anko liso.

Teniendo en cuenta que algunas lectoras (o lectores) estén interesados en la receta del dulce, tomé prestado de la señora Aiko su libro de cabecera, NIHON NO AJI TO NAGASAKI NO AJI, de autoría de Mori Shime, consagrada maestra de la cocina japonesa, nacida en Nagasaki, en cuya receta se basó para elaborar los apreciados buñuelos:

Ohagui / Bota-Mochi (para 30 buñuelos)

Ingredientes:

3 tazas de arroz mochi
3 tazas de agua
1 taza de frijoles azuki
200 gramos de azúcar
2/3 taza de kinako (harina de soja tostada)
1/2 taza de sésamo negro
1/4 taza de azúcar

Modo de preparación:

  1. Cocinar el arroz-mochi con la misma cantidad de agua. Al cocinar, mezclar 1/2 cucharadita de té de sal y pisar un poco con el mortero. Hacer 30 buñuelos.

  2. Lavar los frijoles azuki y cocinarlos con abundante agua. Cambiar el agua 2 veces al principio de la cocción para que quede limpia. Cocinar muy suave. Colar, retirar el agua y amasar (en caso de que se quiera hacer koshi-an, colocarlo en la licuadora, junto con el agua que cocinó los azuki).

    Colocar el azúcar y la pizca de sal y dar el punto.

    Hacer los buñuelos del tamaño del buñuelo de arroz. Esparcir el anko en la palma de la mano y envolver el arroz.

  3. Cuando sea de kinako, pasar el kinako puro en el arroz y luego pulverizar el azúcar para evitar que se humedezca.

  4. El sésamo debe tostarse y amasarse. Pisar un poco. Agregar el azúcar.

Ésta y otras golosinas ciertamente formaron parte de la infancia de muchos lectores, de aquellos que tuvieron el privilegio de disfrutar de los mimos gastronómicos preparados por las abuelas. Es importante que ellos sean eternizados por todo lo que representan, especialmente por el sabor y la evocación sentimental que llevan.

Conforta saber que hasta las nietas y bisnietas de la señora Aiko ya demuestran interés en absorber este legado.

Tan sólo como curiosidad, la señora Aiko es mi dignísima progenitora.

 

* * * * *

Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias favoritas de serie Itadakimasu 2! Otros Sabores de la Cultura Nikkei. Aquí está el comentario.

Comentario de Laura Hasegawa:

Nos tocó la tarea de leer y evaluar los aportes en lengua portuguesa al Itadakimasu 2! Otros Sabores de la Cultura Nikkei, lo que fue muy agradable. Las siete historias tratan el tema de la cultura alimentaria de los nikkeis brasileños de manera clara y muy interesante y su gran mayoría habla de la cocina tradicional japonesa transmitida por las abuelas y madres. Al mismo tiempo, trae a la superficie episodios que muestran de manera pintoresca la influencia de la cultura alimentaria de Brasil en la mesa de las familias nikkeis.

Ganó nuestra preferencia la historia Un legado precioso... y delicioso de Katsuo Higuchi, un conmovedor relato sobre la señora Aiko, cuya habilidad para cocinar se describe de forma detallada. Comenzando con la comida simple del día a día hasta llegar a los botamochi hechos con tanto cariño, a medida que la lectura avanza, nuestro corazón desborda de amor por esa señora. Se trata de un sencillo homenaje que Katsuo Higuchi brinda a su madre, de 96 años.

 

© 2017 Katsuo Higuchi

Brasil comida ohagi
Sobre esta serie

¿Cómo expresa tu identidad la comida que consumes? ¿Cómo la comida te ayuda a conectar a tu comunidad y a reunir a la gente? ¿Qué tipos de recetas han ido pasando de generación en generación en tu familia? ¡Itadakimasu 2!: Otros Sabores de la Cultura Nikkei replanteó el papel de la comida en la cultura nikkei.

En esta serie, le pedimos a nuestros Nima-kai votar por sus historias favoritas y a nuestro Comité Editorial elegir sus favoritas. En total, cuatro historias favoritas fueron elegidas.

Aquí estás las historias favoritas elegidas.

  Editorial Committee’s Selections:

  La elegida por Nima-Kai:

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Acerca del Autor

Natural de Tupã – SP, nissei, graduado en Derecho con Especialización en Relaciones Laborales. Durante 50 años se desempeñó como ejecutivo y empresario en el área de Recursos Humanos. Consultor Empresarial, es también Columnista del periódico Nippo Brasil.

Última actualización en junio de 2017

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