Descubra a los Nikkei

https://www.discovernikkei.org/es/journal/2017/1/9/la-oshogatsu/

El oshogatsu de la comunidad nikkei de Los Angeles —Una espera con mucha ansiedad y entusiasmo—

Escena del machacado o mochitsuki, ESGVJCC Gakuen.

Mo ikutsu neruto oshogatsu
oshougatsu niwa takowo agete
komawo mawashite asobimasho...♪♪

Hay una canción del compositor Rentaro TAKI cuyas letras pertenecen a Kume HIGASHI titulado OSHOGATSU (que significa ni más ni menos “AÑO NUEVO”) y en unas de las estrofas dice: “Muy pronto - en unos días más - llegará el año nuevo donde remontaremos un barrilete (cometa) y jugaremos con la trompa”. En casi todas las escuelas de la primaria de Japón aprenden esta canción para festejar el año nuevo. Cuando entramos al mes de diciembre, los japoneses que vivimos en el exterior esperamos con mucha ansiedad el año nuevo “oshogatsu” y no tanto el “new year” occidental.

El “new year” difiere totalmente el sentido y la manera de sentir al “oshogatsu” japonés. El “new year” americano se festeja del 31 de diciembre al 1º de enero y su punto culminante es el “count down” o sea la cuenta regresiva de cambio de fecha y nada más. Y la gran mayoría siente que solo les queda un solo día de descanso para retomar la actividad de siempre. Sin embargo, el “oshogatsu” de Japón es recibir el año nuevo escuchando las campanadas de los templos (yoya no kane), ver la salida del sol al amanecer el primer día del año e ir a los templos shintoísta para pedir por la salud, la prosperidad y la felicidad de todos. El primer día llamado “gantan” es para iniciar con nuevos ánimos el año calendario y es cuando los japoneses planifican lo que desean hacer durante el año. Es por eso que emocionalmente es una serie de tareas, gestos y ritos para un nuevo inicio dentro de un ambiente de solemnidad.

Por ejemplo, pensar y decir “Como vivo en el exterior me resigno a pasar el año nuevo como en Japón”, es algo imposible en Los Angeles, Estados Unidos. En esta ciudad viven muchos japoneses y sus descendientes nikkei desde antes de la guerra y aunque hayan pasado ya varias generaciones y estén en la cuarta o quinta, muchos de los eventos culturales japoneses se siguen realizando y el del año nuevo “oshogatsu” es una actividad conmemorativa muy importante para la comunidad nikkei.


Mochitsuki” o arroz cocido al vapor machacado

Para recibir el año nuevo una comida indispensable es el “omochi” u “mochi” que es el arroz cocido al vapor machacado en un recipiente de madera hasta que sea una masa blanda y un tanto pegajoso. Dentro de la comunidad nikkei, sea en los templos budistas o sintoístas, en las escuelas de idioma japonés o en las iglesias cristianas, desde las primeras semanas de diciembre comienzan a organizar eventos de “mochitsuki” (elaboración casera del “mochi”), una tras otra.

En la escuela East San Gabriel Valley Japanese Community Center-Gakuin, ubicado en la Ciudad de West Covina, California, todos los alumnos—desde el jardín de infancia hasta los de la secundaria—participan en el “mochitsuki”. Esto es, machacar el arroz cocido al vapor en un mortero de madera o cemento con una machacadera de madera al ritmo de “ichi (uno), ni (dos), san (tres), shi (cuatro)”, que es lo que han aprendido en idioma japonés. Se tiene que machacar de manera rítmica para elaborar la masa del “mochi”. Se escuchan voces vigorosos cada vez que bajan la machacadera en el mortero, aunque se requiere también coraje para realizar estos movimientos sin aplastar los dedos del que mueve la masa de arroz. No son muchos los estudiantes que se animan, pero a medida que se va haciendo la masa se escucha un ruido más suave en el contacto de la machacadera con la masa, como dicen los japoneses el “pettan, pettan”. Al consumarse la masa en un gran bollo se hace necesario—de manera inmediata—trozarlo en tamaño individual para poder digerirlo. Son pequeños bollos redondos con un poco de harina de arroz. Cuando la harina es poca esa masa que es pegajosa y blanda se pega en los dedos. Los chicos más pequeños suelen divertirse con esta masa que se estira. La cuestión es que al redondear la masa, cada uno come como mejor le apetece, solo, con una masa dulce de judías cocidas llamada “anko”, o tostado o cubierto con harina de soja torrado. Entonces, a comer! ¡Buen provecho!

Estudiantes de ESGVJCC Gakuen que redondean la masa de mochi

Y en la Iglesia Cristiana de West Cobina el segundo sábado de diciembre es cuando se realiza el evento “mochitsuki”; aunque los participantes traen un olla eléctrica para elaborar un “mochi” redondo. Habitualmente, son personas que participan en oficios dados en inglés y japonés de manera separada pero en este evento se juntan para hacer el “mochi”. Previamente, se reparte entre los miembros asignados el arroz glutinoso “mochigome” comprado por la Iglesia y en sus propias casas deben remojarlo previamente para traerlo el día del evento. Ese día se mide cuidadosamente la cantidad de arroz glutinoso y la cantidad de agua que se coloca en la olla eléctrica “mochitsuki-ki”. Para evitar que salten los fusibles se enchufan las ollas de manera separada en distintas partes de la Iglesia e inician el proceso de amasado y machacado.

Toda esta tarea se inicia a las 6:30 horas de la mañana y continúa hasta cerca del mediodía. Las ollas eléctricas están a full pero cuando se machaca el “mochi” dos o tres veces seguido, puede calentarse demasiado por lo que se hace necesario descansar un poco. En este intervalo es cuando el grupo que participa en el oficio religioso en japonés ofrece a todos los participantes la sopa de año nuevo llamado “ozooni” (una sopa con “mochi” y diversas verduras).

Y es en el patio central donde se realiza el tradicional “mochitsuki” en un mortero de cemento (no de madera). Los varones jóvenes y no tan jóvenes realizan con entusiasmo el machacado de la masa de arroz glutinoso. Una de las personas que coordina el “mochitsuki” es una nikkei sansei (de tercera generación), oriundo de Hawaii llamada Clara Furukawa, quien dice que algunos miembros consideran ya dejar esta actividad porque es tedioso la preparación de los ingredientes y los aparatos, pero ella considera que mientras se pueda quiere seguir con este evento para que los jóvenes nikkei americanos lo puedan seguir continuando.

Estudiantes y la Directora de la escuela Aya KAMIMURA (a la izquierda) que cubren el mochi con una masa dulce de judías o con harina de soja torrado (kinako), en la ESGVJCC Gakuen.


Mochitsuki” en una tienda de dulces japoneses de Los Angeles

El propietario de la 3º generación Sr. Brian KITO (a la izquierda) de la tienda de dulces japoneses Fugetsudo y su esposa y socia la Sra. Tomoko KITO.

Sea en Japón como en los Estados Unidos, preparar y elaborar el “mochi” de manera casera lleva mucho tiempo y dedicación. La verdad es que la gran mayoría de los nikkei compran el “mochi” cortado (kirimochi) o apilado (kasanemochi) en los supermercados o tiendas de dulces japoneses de la ciudad. En el Little Tokio del distrito comercial de Los Angeles hay una tienda llamada “Fugetsudo” que tiene más de 100 años de historia y todos los años elaboran “mochi” pequeños y apilados entre los días 28 y 31 de diciembre. Son los días pico en la elaboración y venta de estos productos.

Se dice que el “kasanemochi” (mochi apilado) es bueno adornarlo en casa desde el día 28 hasta el 31 de diciembre, pues el 8 o “hachi” es un número que trae suerte y buena fortuna. Usualmente, este tipo de “omochi” es lo que se conoce como “kagamimochi” que es en realidad el “mochi” de ofrenda a los dioses para recibir el año nuevo. Según lo que describe la web de la Asociación de Kagamimochi de Japón (Nihon Kagamimochi Kumiai), en el “kagamimochi” que se ofrenda el Año Nuevo japonés se usa el arroz de la cosecha de ese año o sea el arroz nuevo o reciente denominado “shinmai”. Existe la creencia de que en ese “mochi” amasado está depositado la fuerza espiritual del arroz sin las impurezas. Por eso, se cree que el “kagamimochi” es una ofrenda a la divinidad del año calendario y que representa año a año la fuerza de la vida. Esta tradición del “kagamimochi” viene desde una de las piezas divinas que fue entregado por la diosa “Amaterasu Oomikami” que es ni más ni menos el sol divinizado y el origen de la familia imperial de Japón, según la deidad shintoísta. Esta historia basada en la leyenda menciona que el “kagami” o espejo divino es uno de los tres elementos sagrados que ha entregado la diosa y de allí viene la solemnidad de esta tradición. Algunos norteamericanos comparan al “kagamimochi” a un simpático muñeco de nieve, pero en realidad el significado de este “mochi” apilado es muy sagrado y místico para los japoneses.

En la tienda Fugetsudo comienzan a elaborar el “mochi” apilado a partir de la medianoche del día 27 de diciembre, pues al tratarse de una masa fresca el tiempo que se puede preservar no es mucho. Además, como California tiene un clima muy seco la masa de “mochi” se agrieta enseguida. Se amasan “mochi” de diversos tamaños y se apilan para dar forma. Se elabora después del atardecer y hay que dejarlo estacionado durante toda una noche. Parece una tarea sencilla pero en realidad es bastante delicado y hay que ser muy cuidadoso.

Un mochi apilado o sea un kasanemochi de 1 pié (12 pulgadas o 30,48 cm) elaborado por Fugetsudo. Estos productos son solo por pedidos y algunos quieren para colocarlo en el ordenador y tiene apenas 1 pulgada (2.54cm) y otros llegan hasta 2.5 pié (76.2 cm).

Los “mochi” chiquitos o trozados se comen con la sopa “ozooni” de Año Nuevo o también de manera tostada untado con salsa de soja y envuelto en algas marinas por lo que se llama “isobeyaki”. La actual propietaria de Fugetsudo, la señora Tomoko KITO, que es la tercera generación desde que creado la tienda, señala que lo que más tiempo y dedicación lleva es el empaquetado de los “mochi” chiquitos. “Por más que embale en las bolsitas son tantos los “mochi” chiquitos que esperan sean empaquetados, que estamos durante varios días embalando”, cuenta ella. Desde el día 29 al 31 de diciembre, un grupo de voluntarios ayudan esta tarea de empaque desde las 11 de la noche hasta la mañana siguiente, durante toda la noche.

Empaque de los mochi chiquitos.

Este grupo de voluntarios de Fugetsudo ha sido organizado hace 10 años por Nancy KIKUCHI quien un día se acercó a la tienda para ayudar de manera voluntaria en las tareas de empaque. Ella misma logró reunir unas 10 personas amigas y conocidas y coordinó los horarios de trabajo para colaborar. Antes de que se organizase este grupo de trabajo, todos los años, la Sra. Tomoko realizaba esta tarea de empaque cargando a su pequeño hijo que aún era un bebé. Tomoko reconoce que está muy agradecida desde la llegada desde los voluntarios. Lamentablemente, el año pasado falleció la Sra. Nancy KIKUCHI, pero esta labor voluntaria ha sido continuada por Gail MATSUI y este año también la tienda Fugetsudo ha podido contar con la ayuda de todos ellos.

Los últimos días de diciembre Fugetsudo trabaja a full sin cerrar. Y aunque haya pasado el horario de atención al público, detrás del mostrador están elaborando el “mochi”. Y durante toda la noche están empaquetando los “mochi” chiquitos. Y desde las 5 de la madrugada llegan los empleados más experimentados para iniciar sus labores. Durante estos días, el propietario Brian KITO, para ahorrar tiempo y abocarse de lleno a la elaboración del “mochi” no regresa a su domicilio y se aloja en un hotel de Little Tokio.

La Sra. Tomoko dice: “Cuando uno siente el aroma del arroz que se cocina percibe que se acerca el Año Nuevo japonés “oshogatsu”. Creo que nuevamente ha comenzado la gran tarea ….y el vapor y el olor del arroz nos da una sensación de que estamos realizando una tarea sagrada. El día 27 iniciamos las tareas, el 28 vamos a pasos rápidos para cubrir los pedidos y el 30 ya sentimos que el cansancio nos va consumiendo”.

El “oshogatsu” requiere ofrecer un producto muy especial y es solo una vez al año, por eso para los empleados de la tienda es todo un desafío y al parecer no todos se acostumbran a ello. Lo más importante es que no se equivoquen en los pedidos, por eso requiere mucho cuidado y atención. “El Año Nuevo “oshogatsu” es muy importante para los clientes pues tiene un significado especial para cada uno de ellos. Cada persona le otorga un sentido y lo destina a algo muy especial. Por eso, es inadmisible un error. Si uno se equivoca en el pedido, siempre queda un hilo de amargura y de pena durante todo el año. Lo mismo se puede decir del “yokan” que es una masa dulce de judías cocidas que tiene una forma rectangular. Para su elaboración se requiere una semana de cocción y preparado. Por eso, siempre les digo a los empleados de que no se equivoquen y que un error no se soluciona solo con una disculpa. Ya desde el mes de noviembre conscientizamos a los empleados para que pongan atención en la toma de los pedidos”, agrega la propietaria.

Adorno decorativo para el oshogatsu de la tienda Fugetsudo.

Cuando todos los miembros de la comunidad nikkei local han culminado los preparativos para despedir el año en curso y recibir el año nuevo u “oomisoka” (31 de diciembre a medianoche o “noche vieja”), recién ahí para la tienda Fugetsudo implica la finalización de las tareas del año. Brian KITO también siente que ha terminado el trabajo de todo un año cuando coloca el “mochi” apilado en su tienda y puede agradecer por todo lo que ha tenido y se siente preparado para recibir el año entrante que está llegando.

Su esposa Tomoko sale rápidamente de compras al supermercado para hacer los preparativos del Año Nuevo de toda la familia. El “oshogatsu” lo reciben entre todos los que forman la familia KITO por lo que ella se encarga de cocinar los ingredientes del “osechi (conjunto de platos muy diversos y tradicionales para recibir el año nuevo japonés)” como el “ozooni” (sopa con “mochi” y algunas verduras). Tomoko dice: “Para el Día de Acción de Gracias o para Navidad no preparo nada porque las hermanas de Brian cocinan diversos platos, pero para el Año Nuevo yo me encargo de preparar la comida tradicional”. Cuando termina de cocinar ya es de madrugada del 1º de enero o sea “gantan”. Duerme un poco y por la tardecita parte para reunirse y festejar la llegada del año nuevo.

Para los nikkei americanos y para los japoneses de la comunidad nikkei de Los Angeles el “Año Nuevo” no es un simple “New Year”. Es un evento especial sagrado y místico que da inicio a un nuevo año.

Continuará... >>

 

© 2017 Tomomi Kanemaru

California comunidades Fugetsu-do Los Ángeles mochitsuki Año Nuevo Oshogatsu Estados Unidos
Acerca del Autor

Nacida en la Prefectura de Yamanashi en 1969, y en 1991 se va a los Estados Unidos. En el año 2000 finaliza un posgrado en Pintura al Oleo en la Escuela de Artes en el Pratt Institute ubicado en Brooklyn, Nueva York. Permanentemente, organiza exhibiciones de sus obras de pintura al óleo en Nueva York como en Japón, como así también se dedica al diseño de libros y de gráficos. Desde el año 2003 reside en Los Angeles donde se ha desarrollado en diseño de edición de escenas teatrales y performer de la ONG Great Leap con asiento en Los Angeles, y actualmente trabaja como editora, escritora y diseñadora gráfica para un periódico nikkei Nikkan San (The Japanese Daily Sun) de Los Angeles. 

Última actualización en mayo de 2011

¡Explora Más Historias! Conoce más sobre los nikkeis de todo el mundo buscando en nuestro inmenso archivo. Explora la sección Journal
¡Buscamos historias como las tuyas! Envía tu artículo, ensayo, ficción o poesía para incluirla en nuestro archivo de historias nikkeis globales. Conoce más
Nuevo Diseño del Sitio Mira los nuevos y emocionantes cambios de Descubra a los Nikkei. ¡Entérate qué es lo nuevo y qué es lo que se viene pronto! Conoce más