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https://www.discovernikkei.org/es/journal/2016/9/12/brasileira-por-adocao-japonesa-de-coracao/

Brasileña por adopción y japonesa de corazón

Después de bailar en un distrito de bajos recursos (Foto cortesía de Marina Tsutsui)

Yo nací en Japón y viví allí hasta los 9 años. Mi madre es nikkei brasileña y mi padre es japonés.

En casa siempre se habló el idioma japonés. Algunas familias, cuando el padre o la madre es brasileña, los hijos suelen ir a la escuela brasileña, pero en mi caso he ido desde la guardería hasta el 4º grado de la primaria a una escuela japonesa. En mi infancia solo podía decir “agua” y “obrigado” (gracias) en portugués, tan solo dos palabras e incluso no puedo recordar en qué ocasión usaba estas expresiones.

Las veces que me encontraba con brasileños era cuando iba con mi madre a la iglesia evangélica de la comunidad brasileña. Allí todos hablaban el portugués y desde luego mi madre, también. Y yo jugaba con los demás niños. Pero, en la escuela como mis compañeros eran todos japoneses se hablaba en japonés.

En esa iglesia comí por primera vez diversos platos brasileños. Probé un plato de arroz con porotos (feijao), pollo rotisado, croquetas de pollo llamado “coxinha” y  stroganoff, que hoy siguen siendo mis favoritos. También participé en los bailes que organizaba la iglesia y aún hoy me sigue gustando mucho la danza.

Cuando vivía en Japón visité en dos ocasiones el Brasil. La primera vez todavía era una bebé y la segunda fue cuando tenía 6 años de edad. Fueron visitas cortas y luego a los 9 años nos instalamos definitivamente en Brasil y siempre mi madre estuvo acompañándome en todo.

Cuando nos dirigíamos del Aeropuerto hacia la casa de mi tía en Sao Paulo y pasamos por el Río Tieté me asombré de lo sucio que era el río. Y cuando el coche se movía mucho en la ruta me acuerdo que le decía a mi madre “¡qué mal está el camino, ¡está lleno de pozos!”

En lo de mi tía todos hablaban en portugués. Como al comienzo no entendía absolutamente nada le preguntaba siempre a mi madre: “¿qué dicen, qué dicen? No puedo entender nada”. Por eso, mis primos, aún hoy, a veces se siguen burlándose de mí diciéndome “nani, nani? (que en japonés significa “qué, qué dicen?”).

Llegué en octubre del 2004 y la verdad no hablaba una sola palabra de portugués, pero mirando los dibujos animados de la televisión y escuchando cuidadosamente las conversaciones de mi tío, de a poco pude ir aprendiendo el portugués y a mediados del 2005 pude ingresar al 4º grado de una escuela primaria municipal.

La secundaria como el bachillerato lo hice también en una escuela pública y allí ya no tuve problemas de comunicación con los maestros ni con los compañeros de clase. No era usual que recibiesen alumnos extranjeros asi que mis compañeros me preguntaban con mucha curiosidad: “¿Cómo se escribe en japonés Gabriel, o Julia?”.

Será por eso que no recuerdo que me hayan hostigado o discriminado en clase. Me esforcé por tener buenas calificaciones y todos me trataron muy bien.

Estoy muy agradecida a mi madre porque siempre me ha acompañado y apoyado en todo momento. Siempre piensa en mi felicidad. Cada vez que salgo de casa se despide diciéndome: “kiwo tsuketene (cuídate)”.

Como lo señalé párrafos arriba, cuando vivía en Japón siempre iba a la iglesia evangélica y desde que vivimos en Brasil concurro a una iglesia que fue creada por un pastor japonés. La gran mayoría de los que concurren son nikkei, pero no es que todos entiendan el idioma japonés. A veces me preguntan: ¿Cómo se dice “Jesús” en japonés? También, me piden que ore en japonés.

Actualmente, me encuentro en el grupo HIKARI dentro de la iglesia. Además de la danza estoy en parte a cargo de la coreografía y colaboro en las ceremonias dirigido a los niños.

Danza del Grupo HIKARI (Foto cortesía de Marina Tsutsui)

Ya han pasado 12 años que estoy en Brasil y en casa se habla más el portugués y son pocas las ocasiones que hablamos el japonés. Sin embargo, hay algunas expresiones como “itadakimasu (antes de servirnos la comida), gochisosama (buen provecho, al finalizar la comida), gomen (disculpas), arigato (gracias), daijobu (todo bién, no se preocupe), hayaku hayaku (rápido, rápido), itai! (me duele!), oishii! (está rico, sabroso), takai! (qué caro!), toire (baño o sanitario), gohan (arroz blanco), natto (soja fermentada), shoyu (salsa de soja)”, etc, etc., que lo usamos cotidianamente.

Y cuando hablo con brasileños que no son nikkei también suelo contestar diciendo “hai” (sí)”. En todo les digo “hai”.

De chica los brasileños me preguntaban si yo pensaba en japonés o en portugués y yo le contestaba: “en japonés”, pero ya de grande solo pienso en portugués. A veces me olvido de algunas palabras en portugués y me sale en japonés.

También sucede que los brasileños usan bromeando el japonés. El otro día, mientras paseaba un brasileño que estaba parado enfrente de una tienda me dice, muy repentinamente, “sayonara”.

De todos modos, extraño mucho el Japón porque hay muchas cosas que solo allí se consiguen. Mi anhelo es que algún día pueda volver a Japón, aunque no sé si será para visitar y pasear o para vivir nuevamente. Si es solo para vivir no creo que me cueste mucho porque hablo el idioma pero si es para trabajar debo estudiar mucho más el idioma.

Mi familia me dice que ya estoy hecha toda una brasileña. Ya no soy tan introvertida y tímida, pues ahora soy mucho más alegre, jovial y positiva.

La verdad es que creo que soy más brasileña y me muestro más brasileña, pero a pesar de que vivo más años en Brasil que lo que estuve en Japón, siento que soy “japonesa”. Creo que en mi corazón hay una parte muy fuerte de Japón.

 

* * * * *

Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias favoritas de serie Nikkei-go. Aquí está el comentario.

Comentario de Yoshiyuki Asahi:

He leído con atención los tres ensayos escritos en idioma japonés para este proyecto. En cada uno de ellos se puede apreciar que refleja en detalle y con claridad la vida en la comunidad nikkei. También pude apreciar las diversas dificultades que tuvieron que afrontar. Cada artículo es maravilloso.

El que más me ha gustado es el ensayo de Marina TSUTSUI titulado “Brasileña por adopción y japonesa de corazón” (Dai ni no furusato wa Brasil – Kokorono furusato wa Nihon). En este escrito describe la vida misma de Tsutsui. Ella nació en Japón y luego viajó al Brasil y y describe su vida como así también cómo aprendió el portugués. Ahora domina el idioma y habla sin ninguna dificultad pero sigue usando cotidianamente palabras japonesas como “itadakimasu, gomen, daijobu, itai”. A veces, cuando no le sale alguna palabra en portugués lo reemplaza con el japonés.

Considero que una persona que se integra a la sociedad local va tomando su propia forma de ser en ella pero a la vez sin olvidar de que es japonesa, un proceso que muchos experimentan en la comunidad nikkei. Y en este ensayo, ella nos revela su profunda experiencia con expresiones muy claras y sencillas. Por eso, es el que más me gusta y recomiendo su lectura.

 

© 2016 Marina Tsutsui

Brasil identidad idiomas Japón migración
Sobre esta serie

Arigato, baka, sushi, benjo y shoyu. ¿Con qué frecuencia has usado estas palabras? En una encuesta informal realizada en el 2010, descubrimos que estas palabras en japonés eran las que usaban con mayor frecuencia los japoneses-estadounidenses que residen en California del Sur.

En las comunidades nikkei de todo el mundo, el idioma japonés simboliza la cultura de nuestros ancestros o la cultura que hemos dejado atrás. Las palabras japonesas se mezclan con frecuencia con el idioma del país de adopción, creando una forma híbrida y fluida de comunicación.

En esta serie, le pedimos a nuestros Nima-kai votar por sus historias favoritas y a nuestro Comité Editorial elegir sus favoritas. En total, cinco historias favoritas fueron elegidas.

Aquí estás las historias favoritas elegidas.

  Editorial Committee’s Selections:

  • PORTUGUÉS:
    Gaijin 
    Por Heriete Setsuko Shimabukuro Takeda

  La elegida por Nima-Kai:

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Acerca del Autor

Nacida en 1995 en la Prefectura de Shizuoka. Desde el 2004 reside en Brasil. Después de finalizar la secundaria en una escuela municipal de Sao Paulo, este año se graduará como Diseñadora Gráfica en el Centro Universitario de Bellas Artes de Sao Paulo. Su hobby es la danza y cocinar dulces, y jugar con sus perros Leika y Bruce, que son de raza Golden Retriever. Espera seguir sirviendo a Dios a través de la danza y trabajar como Diseñadora Gráfica.

Última actualización en septiembre de 2016

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