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https://www.discovernikkei.org/es/journal/2013/07/05/

Delitos de extranjeros en Japón - Breve Analisis de estos 20 años –

Desde que han llegado masivamente los nikkei latinoamericanos desde 1990 (por el cambio de la Ley de Migraciones pero de hecho desde mediados de los ’80 comenzaban a llegar en calidad de visita familiar o simplemente como retorno a su propio país porque eran japoneses “issei” migrantes en Sudamérica) se ha hablado del aumento de delitos y algunos hechos criminales graves en Japón.

Al comienzo llamaron la atención los delitos relacionados a la Ley de Control de Migraciones, sea por su estadía irregular sin el visado de trabajo o por adulterar la identidad en el país de origen para pasarse como descendiente de japonés. Luego, sucedieron los robos y la venta de objetos robados. Posteriormente, le siguieron los robos seguido de lesiones graves y algunos casos de asesinato y accidentes de tránsito fatales donde los autores se dieron a la fuga al país de.

A veces esa “sensación de inseguridad” que transmiten los medios es lo que provoca más inseguridad, pero es indudable que ha habido casos que motivaron esa situación.

En base a los Libros Blanco (Informe Anual Oficial) de la Policía Nacional (Keisatsu Hakusho) y del Ministerio de Justicia (Hanzai Hakusho) y otros reportes, se pueden hacer las siguientes consideraciones:

1.
Se puede apreciar que el número de delitos cometidos por extranjeros en los últimos 10 años en términos absolutos se está reduciendo: en el año 2002 eran 34.756 casos con 16.212 detenidos, de los cuales 24.258 eran por violaciones al código penal (keiho-han) con 7.690 detenidos y 10.488 casos con 8.522 detenidos por violaciones a leyes específicas como las de Migraciones, Prostitución, Drogas, etc.; y en el 2011 el total son 17.272 casos con 10.048 detenidos (un 50% y 40% menos, respectivamente). Y datos provisorios del 2012 indican que se produce una reducción del 8.9% a comparación del año anterior y por ende son 15.368 casos con 9.149 detenidos.

En porcentajes, los chinos ocupan el 39.9% del total de detenidos, 10.7% los coreanos, el 10.3% los filipinos, el 7.1% los vietnamitas, el 5.9% los brasileños, el 3.3% los peruanos, etc; sin embargo, en robo de vehículos los brasileños ocupan el primer lugar con el 46.7% y robo en domicilios particulares los peruanos ocupan el segundo lugar con un 6.9% del total. Todos estos datos han ido variando con el correr de los años e incluso según el delito y la nacionalidad su participación en términos relativos es diferente.

2.
El gráfico 1 señala que a mediados de los ’80 se produce un incremento a 5.000 delitos anual con un poco más de 4.000 detenidos pero desde el año 1991 aumenta a 10.244 casos con 7.270 detenidos y en 1994 aumenta al doble, en 1998 se triplica la cifra del ‘91 y en el 2004 y 2005 superan los 47.000 casos con más de 21.000 detenidos (se cuadruplica el número de casos y se triplica el de los detenidos).

Cuadro 1: Casos de Delitos de Extranjeros en Japón (Datos de 1981 a 2010)

Es obvio que la percepción de inseguridad en la sociedad japonesa a finales de los ’90 hasta mediados del decenio anterior es de alarma y los medios dan a conocer estos datos con su cuota de sensacionalismo. Comparativamente al aumento poblacional de los extranjeros la tasa de criminalidad en cuanto al número de detenidos no varía, pero algunos casos graves de homicidio tienen una exposición mediática muy grande y genera más incertidumbre y hasta rechazo de los extranjeros (en algunas fábricas comienzan a prescindir o reducir el plantel de algunas nacionalidades).

Y en el gráfico 2, donde están los delitos por categorías, desde el año 1989 a 2010, están los muy graves (kyoakuhan), los violentos (sobohan), los robos (settohan), los intelectuales (chinohan), los relacionados al mundo del entretenimiento (fuzokuhan) y otros. Desde el año 1991 es patético el incremento de robos que asciende a 4.506 y va en aumento casi exponencial hasta llegar a 22.404 en 1999 y a 28.525 en el 2005. En el año 2010 se reduce a 10.478 y esta tendencia declinante por ahora se mantiene.

Cuadro 2: Violaciones al código penal de 1989 a 2010. Por Categorías de delitos

3.
Los robos se clasifican en los que se perpetran a domicilios particulares, en la vía pública, en las tiendas, por extracción de billeteras y bolsos, de vehículos, a mano armada, etc. En el caso de los delincuentes japoneses más del 80% lo ejecuta una sola persona, mientras que en de los extranjeros el 51.8% es en complicidad (el 18.6% por 2 personas, el 16.1% por 3 personas, el 17.1% por 4 o más personas y solo el 48.2% por una sola persona), máxime cuando roban en casas el 89.7% es perpetrado entre varios y armados con armas blancas. Durante los ’90 la participación de los latinos en robos, principalmente de peruanos y colombianos era preocupante e incluso dentro de la comunidad se había propagado la venta de productos “usados” que generalmente eran robados.

Pero, en los últimos 10 años, en las estadísticas oficiales del año 2000 al 2010, según el cuadro 3, se puede ver que por delitos tipificados en el código penal (robos, lesiones, asesinato, etc.) después de los chinos están los brasileños con 5.000 a 7.000 delitos con un promedio de 1.000 detenidos entre los años 2002 a 2005, aunque en el 2010 se reduce a la mitad.

En el mismo decenio el promedio de robos a mano armada los chinos ocupan el primer lugar con el 35.1%, los vietnamitas el 13.5% y los brasileños el 11.7%, en robos normales no violentos los chinos el 35.5% y los brasileños el 21.7%. 

Dentro de los robos, los perpetrados a domicilios particulares o tiendas (shinnyu nusumi) los chinos ocupan el 58.4%, los coreanos el 24.2%, los colombianos el 7.8% y los peruanos el 2.8%, en robos de vehículos (jidosha nusumi) los brasileños ocupan el 1º lugar con el 44.7%, los pakistaníes el 20.8% y los ugandeses el 19.1%, en robos en los vehículos (shajo nerai, implica el robo de equipos de música y demás objetos de valor) también está a la cabeza los brasileños con el 77%, los chinos el 17.5% y los peruanos el 2.4%, en robos de billeteras y carteras (suri) los vietnamitas el 35%, los peruanos el 20% y los chinos el 10%, etc.

Cuadro 3: Casos y Detenidos por Violaciones al codigo penal (desde el año 2000 al 2010)

Y viendo solo los datos del 2010, Cuadro 4, por nacionalidad y participación en delitos, los chinos ocupan el 37.4% del total con 5.243 casos reconocidos de los cuales el 37.2% son robos a domicilio, el 19.8% robo de billeteras y carteras, los brasileños ocupan el 18% con 2.531 casos de los cuales el 46% son robos de piezas (autopartes y demás), el 19.4% robo de objetos en los vehículos y el 12.2% robo de vehículos. Y en el caso de los peruanos ocupan el 3.1% (un porcentaje que se mantiene a lo largo del último decenio) con 430 casos de los cuales el 24.4% son robos de billeteras y carteras, el 20.5% robos en domicilios y el 8.4% actos de apropiación indebida de objetos.

Cuadro 4: Participación en Delitos por Nacionalidad. Datos 2010.

4.
Una cosa que se menciona en los informes es que muchos de estos delitos son ejecutados por extranjeros que tienen visado de trabajo o residencia y no siempre por indocumentados que tienen dificultades en ubicarse laboralmente. Por ejemplo, en el caso de los brasileños como los peruanos, la gran mayoría tienen visado de permanencia a largo plazo “teijusha” o residencia permanente “eijusha” y los robos perpetrados son por bandas relativamente organizadas aunque permanentemente cambian su composición. Los robos en tiendas actúan varias nacionalidades latinas con miembros japoneses.

5.
En los delitos penales tipificados en leyes específicas como el de la Prevención de la Prostitución, los chinos ocupan más del 70% y los brasileños el 11.8% (no solo es el ejercicio sino el negocio de la intermediación), en Drogas, los brasileños ocupan el primer lugar con el 17.9% (un promedio de 100 detenidos al año, aunque en el 2006 fueron arrestados 179 en su gran mayoría por tenencia, venta y consumo de anfetaminas y demás estimulantes), los iraníes el 14.2%, los filipinos el 11% y los chinos el 8.5%, y en portación y uso de armas blancas y de fuego, los chinos el 36%, los brasileños el 17.5%, los filipinos el 8.8%, etc.

En este tipo de delitos, durante el 2000 al 2010, hubo años que superaron los 10.000 casos con la misma cantidad de detenidos pero en el 2010 se registraron 5.785 casos con 5.151 detenidos.

Lo que preocupa en los brasileños es que los delitos de los adultos se reflejan también en el de los menores de 20 años de edad estando en primer lugar con 323 casos de los 912 casos penales. Le siguen los filipinos con 135, los chinos con 104, los tailandeses con 74 y los peruanos con 70 casos.

Tampoco se puede dejar de mencionar que de los 705 sospechosos extranjeros que están prófugos, al año 2010, figuran 526 coreanos, 296 chinos, 96 brasileños, 84 filipinos, etc., sin descontar que hay también 174 japoneses con orden de captura. La gran mayoría se escapan al país de origen y sin la existencia de un tratado de extradicción bilateral la única forma de arrestarlos y juzgarlos es a través de la justicia local mediante un trámite judicial engorroso llamado penalización delegada (dairi shobatsu). Ya son varios los brasileños que habiendo cometido un accidente mortal con su vehículo se han fugado a su país y por solicitud de la justicia japonesa fueron detenidos y penalizados en Brasil.

La otra pregunta que se hace habitualmente es si el índice de criminalidad de los extranjeros es mayor o no que el de los nacionales japoneses. Según el cuadro 5 que detalla la cantidad total de delitos penales por año de Japón con la cantidad de casos y detenidos extranjeros, se puede decir que la cantidad de casos es del 4% del total en el último decenio y el número de detenidos el 2% por lo que muchos expertos toman como referencia estas cifras para señalar que es proporcional a la población total de los extranjeros que es de casi el 2% del total.

Cuadro 5: Cantidad de casos y detenidos por casos de violación al código penal y demás leyes específicas de los extranjeros dentro del total de casos penales reconocidos en Japón entre los años 1981 a 2010

El investigador social Natsuo NORO de la Dai-Ichi Life Research Institute Inc, en un reporte publicado en octubre del 2002, titulado “Análisis estadístico acerca de los delitos de extranjeros y los desafíos para la convivencia” (Gaikoujin Hanzai ni kansuru Tokeiteki Bunseki to Kyoseiheno Kadai), señala que lo más difícil en el análisis es cuál base poblacional tomar para cada categoría de delito pues el criterio que se adopta para un determinado colectivo no necesariamente se aplica a todos los extranjeros. Además, están los que van y vienen o los que están casi fijos porque viven hace mucho tiempo en Japón y no han regresado nunca o muy pocas veces. Las categorías de los visados o la situación de estar irregular también es una dimensión de análisis pero aun teniendo visados estables o de residencia permanente como el caso de los vietnamitas, filipinos, brasileños y peruanos, su participación delictiva en determinados actos criminales es elevada y en otras muy baja. NORO considera que las dificultades de ascenso social o el no ir regularmente a la escuela y el alto índice de abandono escolar de los niños y adolescentes brasileños en algunas localidades incide en los actos delictivos de los adultos como de los menores.

La gran mayoría de los latinos son descendientes de japoneses “nikkei” y por ende gozan de un visado ilimitado en la actividad laboral y más del 60% tienen la residencia permanente. Aunque los empleos son relativamente precarios el salario promedio no es que sea excesivamente bajo y muchos están afiliados a la seguridad social (mucho más que otros extranjeros), acceden a la capacitación preferencial del idioma japonés y a los cursos técnicos subsidiados por el Estado, a los créditos para la compra de muebles e inmuebles, etc. Por cada nacionalidad se podría hacer un análisis exhaustivo e incluso para eso se requeriría de datos censuales más precisos como la cantidad de años de residencia, la edad que llegó a Japón, el tipo de trabajo y modalidad de contratación, nivel de educación de los adultos y de los menores de la unidad familiar, nivel de ingresos, tiempo de desempleo, índice de concentración de uno o más nacionales extranjeros en un determinado barrio o urbanización, población local/porcentaje de población extranjera, etc.

De todos modos, no se puede negar que teniendo diversas facilidades de integración e inserción social sería importante que la misma comunidad latina haga un mayor esfuerzo en reducir el índice delictivo para ser más valorados por su diversidad y su dedicación. Los japoneses que emigraron a los países de América Latina aún teniendo mayores penurias y limitaciones dejaron un ejemplo intachable en sus conductas y son muy pocos los casos penales en que han estado involucrados como autor o coautor. Sus descendientes que han tenido la oportunidad de venir, residir y trabajar en Japón deben continuar con los esfuerzos de integración social.

 

Nota: Los gráficos 1 al 5 son de los materiales abajo mencionados.

Bibliografías de referencia:

-Libro Blanco de Delitos y Crímenes “Hanzai Hakusho”, Ministerio de Justicia. Anuarios:
http://hakusyo1.moj.go.jp/jp/nendo_nfm.html

-Libro Blanco de la Policia “Keisatsu Hakusho”, Agencia Nacional de Policía. Anuarios:
http://www.npa.go.jp/hakusyo/index.htm 
http://www.npa.go.jp/toukei/index.htm   Estadísticas e Informes específicos

-Reporte de Natsuo NORO, Octubre de 2002
http://group.dai-ichi-life.co.jp/dlri/ldi/report/rp0210a.pdf#search='野呂+夏雄'

© 2013 Alberto J. Matsumoto

comunidades delito nikkeis en Japón
Sobre esta serie

El licenciado Alberto Matsumoto encara las distintas facetas del Nikkei en Japón. Desde la política migratoria sobre la inserción al mercado laboral del inmigrante hasta su inculturación a las costumbres y lenguaje japonés a través de la educación primaria y superior. Analiza la vivencia interna del Nikkei latino con su país de origen, su identidad y su convivencia cultural personal y social en un contexto cambiante de globalización.

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Acerca del Autor

Argentino, descendiente de segunda generación, radicado actualmente en Japón. Es licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador, Buenos Aires. En 1990 obtiene la beca del Ministerio de Educación de Japón y realiza sus primeros estudios en la Universidad de Tsukuba. Luego, en 1997 obtiene la Maestría en Derecho Laboral y Económico en la Universidad Nacional de Yokohama. Director General de la Consultora Idea Network, especializada en traducciones jurídicas. Ha sido intérprete judicial en la Corte de Tokio y Yokohama por más de 20 años. Es profesor de Español en la Prefectural de Shizuoka y de Economia, Sociedad y Derecho de América Latina en la Facultad de Derecho de Dokkyo University. También imparte sobre Historia de la Inmigración Japonesa y Sistema Educativo de Japón, en la Kaigai Nikkeijin Kyokai para los becarios Nikkei de la JICA. Ha publicado varias obras como la Ley de Migraciones de Japón, Impuesto a la Renta , en castellano, y en japonés: Los 54 capítulos para conocer la Argentina (Akashi Shoten, 2005), Aprenda el español con solo escuchar el CD (Chukei Shuppan, 2007), etc. En 2017 obtuvo el Premio Gratitud a la Cooperación Internacional del Presidente de JICA -Agencia de Cooperación Internacional de Japón y en 2018 estuvo a cargo del análisis e informe del estudio de las comunidades nikkei de México, Cuba y Argentina, de la División América Latina de la Cancillería de Japón (Gaimusho). http://www.ideamatsu.com/

Última actualización abril de 2020

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