Entrevistas
Una muestra para dejar soñar
Esta es una muestra donde hay un recorrido, yo señalo puntualmente etapas: uno, dos, tres, ichi, ni san, shi, go, roku, en fin… Menos mal que no están en orden lineal, están desordenadas en el espacio de la mejor manera posible, ocupando el espacio, el territorio de otra manera, y creo que eso permite que a veces alguien se acerque a la octava historia antes que a la primera. Entonces siento en el libro también uno podría leerlo de atrás para adelante, de la manera japonesa, y uno encontrarse con las fotos de mi trabajo como una historia desde el inicio, y de repente pasa la parábola y comienza la lectura de las historias, yo creo que allí hay una especie de juego. Ojalá que se pudiera dar esa libertad, no siempre es posible, porque cuando uno trae… y ese creo que es el gran problema en el arte también, uno ya tiene la conciencia, uno mismo manipula, se manipula a sí mismo y a los demás, inconscientemente, no es tan fácil, y uno a veces uno no puede ni siquiera escapar de esa especie de…, es un trabajo que ya está implícito en la obra, pero creo que en una instalación de arte, hay la posibilidad, la instalación que es esta especie de… como una orquestación de sonidos y formas en el espacio, de textos, ideas, conceptos para poner en escena una idea, yo creo que hay la posibilidad de cierta libertad. El aroma de flores, ver las flores que van cambiando día a día, ver de repente las esferas que están un poquito más estáticas, pero de repente aguzar un poquito la vista y los sentidos para animarse a tocarlas o verlas de otra manera, en fin, desplazarse en el espacio y encontrar distintos elementos como símbolos de algo. He estado visitando la muestra y es muy interesante ver la tensión entre los elementos, y la conversación que se establece entre sí. Una ola, una mano que atrapa un cangrejo, los cangrejos colgados de origami, de repente las manos fotocopiadas en la pared como un mural, tantos elementos que son interesantes. Cada persona tiene su propia lectura. Un señor esta tarde vino y dijo mis manos. Se miró las manos, no vio más la muestra. Solamente se quedó ahí y salió. Y se fue contento de verse sus manos. Dijo yo también tengo las arrugas y las líneas de la mano marcadas. Interesantísimo. Y cada tiene, puede tener una lectura así. Me encantaría obviamente que conozcan la historia completa, pero si no es así, vale lo mismo, creo que lo importante es que lo que sucede en el espacio le pueda provocar al espectador una memoria específica, una memoria personal, algo que le permita yo diría jugar, recordar, recrear, y por qué no, volar y soñar.
Fecha: 7 de diciembre de 2007
Zona: Lima, Perú
Entrevista: Harumi Nako