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Su Diario

Me sorprendí enormemente cuando descubrí  que mi abuela había guardado su diario mientras estaba en el campo de concentración desde el 3 de abril de 1942 en Santa Anita hasta el 26 de noviembre de 1942 en Camp Jerome. En el Museo Nacional Japonés Americano  se encuentran 2 volúmenes que termina con un inconcluso Acción de gracias. Tuve el placer de hojear su diario deseando que el tiempo parara y sentarme en aquel asiento para leer desde el principio al fin. Con cada palabra, las historias que había escuchado y lo que había leído, los hechos se convertían más reales.

Era una sensación rara entrar en su mente de 21 años y ver con sus ojos. Aún más extraño es que al mismo tiempo que ella escribía esto, tenía mi edad. No puedo imaginar estar en su lugar, dejando todo lo que le pertenecía y había construido y poner su vida en pausa como los 120.000 japoneses y japoneses americanos quienes estaban en el campo de concentración.

Leyendo su diario, llegué a la conclusión que mi abuela tendría una memoria fotográfica como lo confirmaron las otras personas que la conocieron. Sentí que estaba reviviendo su experiencia de un largo y monótono viaje en ómnibus hasta Centro de Reunión Santa Anita y vivir en esos viejos establos de caballos. Esta parte es uno de los pasajes que más me hizo pensar. Luego de escuchar el discurso de Maruyama en Camp Jerome en noviembre de 1942 sobre su visión de la guerra y cómo los americanos japoneses eran tratados en Norteamérica, Yuri procesó y reflexionó lo que había escuchado. “ Cuando lo escuché… estoy segura que algo me atrapó en mí..me tocó de alguna manera… sentí  que quería ir a luchar, codo a codo con todos los Niseis, por los derechos de igualdad al igual que los caucásicos. No puedo hacer mucho, pero puedo hacer pequeñas cosas dentro de mis posibilidades, para ayudar y construir lo que se hizo pedazos para ellos. Incluso, escribir cartas, les escribiré como si nunca haya escrito antes, cartas que inspiran y dan coraje. Estoy segura que puedo hacer mi parte.“ Creo que esta parte encierra el espíritu y la actitud por la que se conoce.