(Foto: Celebración del cumpleaños 80 de Ichitaro Morimoto en 1952. Fuente: Revista Nikko, p. 21)
Retornado al Perú, Ichitaro Morimoto reinició sus actividades, abriendo una nueva empresa que también fue próspera durante varias décadas de la posguerra, aunque ya bajo la conducción de sus sobrinos, sus herederos más cercanos. Su actividad como líder de la comunidad peruano japonesa fue igualmente retomada, convirtiéndose en uno de los personajes más respetados, queridos y reconocidos a lo largo de la historia de esta comunidad. En 1959 falleció en Lima y la memoria de su imagen como filántropo, y de hombre bondadoso y comprensivo, permanece aun entre sus herederos peruanos a través de la transmisión oral. Sus huellas están también guardadas en el universo de los registros documentales nacionales que circunstancialmente algún historiador encuentra y redescubre.