Aprender a Caer
Al igual que regresar tras un largo viaje, lanzarme al tatami en el dojo es uno de los momentos más relajantes que espero luego de una larga jornada de trabajo. Una ola de excitación emerge cuando cambio mi gi, entro al dojo, me calzo mi zori y me inclino al entrar. En este momento, es como si todos los problemas del día desaparecieran y lo que queda es la mente calma, limpia y listo para aprender.
Cuando empezamos a entrar en calor, una energía corre por mis venas y mi cuerpo se prepara para el uchi komi (práctica sin …