Existe en la cultura peruana contemporánea un constante arar en las tradiciones del país para darles un nuevo sentido, una lectura personal y una mirada fresca que ayude a que, quién sabe, puedan incorporarse a las manifestaciones que se recordarán en el futuro. Origen Peregrino es más o menos eso, una propuesta de cuatro jóvenes artistas que inició tomando distintos elementos históricos hasta consolidar una imagen que empieza a distinguirlos.
Diego Lau, Hugo Kuroki, Aldo Estrada y Gonzalo Espinoza estudiaron juntos en la Pontificia Universidad Católica del Perú y cuando hace un año iniciaron este proyecto, una de las ideas que les ayudó a marcar el camino fue el ‘art toy’, esa mezcla de obra de arte y juguete de colección que ha cobrado gran presencia en el medio peruano a través de la cultura pop y otros referentes internacionales, especialmente de Estados Unidos y Japón.
“De niño hacía mis juguetes sin lograr lo que veía en las tiendas. Esto me motivó a estudiar diseño industrial y es lo que me impulsa a seguir creando”, cuenta Diego Lau Toyosato, uno de los dos nikkeis que conforman este cuarteto de creadores. Los Lego fueron la base de su inspiración: Origen Peregrino comenzó usando la forma de estos muñecos pero con motivos peruanos: el Señor de Sipán, el Supay de la diablada y el danzante de tijeras, todos con un cuidado al mínimo detalle.
Primeras figuras
Máscaras decorativas, cuadros coloridos y figuras de diferentes materiales fueron sus primeras inspiraciones, entre las que ya se podía encontrar ese rasgo distintivo de sus trabajos: la investigación que ayuda a darle a todo un significado. “Cuando los hicimos, no creíamos que se iban a vender tan rápido”, cuenta Diego, quien también ahondaría en sus raíces japonesas para plasmar algunas ideas pero siempre revestidas del Perú antiguo y su iconografía.
El Maneki-neko, por ejemplo, el gato de la suerte japonés, figura en uno de sus cuadros y en una pieza de madera donde adquiere la apariencia de los dibujos del anime y del manga, una inspiración indirecta como otras que asoman en más de una ocasión. “Sin duda, Japón es una gran influencia por su cultura y por todo lo que representa para el art toy”, añade Diego, quien ha participado en colectivos de jóvenes artistas nikkei mostrando Origen Peregrino.
Los souvenirs y productos utilitarios irían llegando poco a poco, en la medida en que el equipo aprendía a trabajar con nuevos materiales, de la resina a la cerámica de alta temperatura, y en que se adaptaban a la producción en serie. Durante ese tiempo, un personaje se fue abriendo camino: un viajero que recorre todo el Perú para traer los elementos representativos de cada zona llamado Tama.
El tama en escena
Su nombre parece japonés pero en realidad hace referencia al tamal, ese platillo típico de Perú y México que ha prestado su forma al personaje principal de Origen Peregrino. La adaptación de colores, motivos iconográficos peruanos y vestimentas de varias zonas y culturas precolombinas, así como de su geografía y tradiciones, se han ido reflejando en este personaje que ha sido también una suerte de maqueta de pruebas.
Interpretando a un chalán, usando las flores del retablo ayacuchano, vestido como un gobernante moche o usando los diseños de los pueblos indígenas amazónicos, el tama tiene una versatilidad que han sabido explotar con varios formatos. Este año realizaron su primera muestra en la galería Índigo, de San Isidro, llamada “Danzaq / Atipanakuy”, un tributo al danzante de tijeras, personaje de la expresión andina que representa a un sacerdote o curandero que realiza piruetas asombrosas.
Apostando por cuadros digitales en papel de algodón, figuras de cerámica que fungen de maceteros y piezas de resina con el tama en varios colores (que refieren a la lluvia, la naturaleza, la muerte y lo demoníaco), esta colección muestra la maduración que han alcanzado, cuenta Gonzalo Espinoza. En la ceremonia de inauguración, contaron con la presencia de dos danzantes de tijeras que hicieron un pago a la tierra para que haya prosperidad y una demostración de su arte.
Identidad nikkei
Si la vistosa montera del danzante de tijeras o danzaq, esa especie de sombrero que pesa de cinco a seis kilos, se parece al kabuto, el casco de los antiguos samurái, puede tratarse de una coincidencia. Para que no queden dudas, el nikkei Hugo Kuroki decidió crear un tama samurái y regalárselo a su hermano, que este año se fue a vivir a Japón junto al resto de la familia del joven diseñador.
El tama ya tiene fotos en varias zonas de Tokio, adonde Hugo espera viajar el próximo año para conocer el país de sus ancestros, que se afincaron en Piura, al norte del Perú, para tomar más ideas. Entre los diferentes tamas hay uno, el kokeshi tama, ideado en clara referencia a las tradicionales muñecas japonesas de madera, que se exhibió en la muestra colectiva del Primer Salón de Arte Nikkei 2017.
“Nuestra identidad está presente en todo lo que hacemos, igual que el tama, que puede tomar muchas formas pero sigue siendo el mismo”, explica Hugo. Este año, el equipo de Origen Peregrino tendrá la oportunidad de participar en la muestra “Un viaje al universo de los art toys”, la vigésima que se realiza en el Centro Internacional del Títere de Tolosa, en la provincia de Guipúzcoa (País Vasco, España), de octubre a marzo de 2018.
Juguetes del mundo
Más de 50 artistas de 17 países serán parte de este evento en el que Perú contará con participación nikkei, junto a exponentes de talla mundial. Será, como cuenta Gustavo, una oportunidad de conocer el trabajo de artistas a los que admiran como Jeremyville, de Australia,Jason Freeny (autor de Mighty Jaxx) y Doktor A, entre otros. El objetivo es seguir creciendo como artistas, tal como lo han hecho conociendo a artesanos peruanos, ceramistas y otros creadores.
En poco tiempo, el tama les ha ayudado a conocer y contar el Perú, abriendo un sinfín de oportunidades por la frescura del personaje, su colorido y el espíritu que transmite. El cuidado en la elección de los materiales y el fino acabado reflejan ese esmero que le dedican y que ha encontrado un mercado interesado en estas piezas de colección y de edición limitada. “Lo bueno de trabajar en equipo es que todas las ideas se potencian. Nuestra amistad hace que todas las cosas salgan bien”, añade Aldo Estrada.
Si muchas culturas se difunden por el comic, la historia peruana tiene en el art toy un potencial para despertar la creatividad. El año pasado organizaron un concurso para que el público diseñara su propio tama y recibieron cerca de 80 propuestas. Este año, durante la exposición, presentaron un tama de cartón facetado de casi dos metros que el público podía pintar y varios se quedaron largo tiempo dibujando sobre él. Si el arte de juguete ocasiona ese impacto, es para tomarlo en serio.
© 2017 Javier García Wong-Kit
