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https://www.discovernikkei.org/es/journal/2015/12/02/

Los nikkei de IIº generación de la República Dominicana y la COPANI 2015

En agosto de 2015 visité por primera vez, durante cinco dias, la República Dominicana, para participar de la 18º Convención Panamericana Nikkei (COPANI) realizada en la ciudad capital, Santo Domingo (Hotel Crown Plaza). Fue también en lindo reencuentro con los exbecarios de la JICA que en este decenio se capacitaron en la gestión y desarrollo de entidades nikkei.

Conociendo el casco viejo de la ciudad capital, durante la COPANI, con un guía. Un guía profesional nos ha paseado por los diversos atractivos de la ciudad.

Todo comenzó hace cuatro años atrás, durante la COPANI-Cancún de México, cuando se habló de la posibilidad de realizar esta convención continental en la isla caribeña para que los nikkei puedan conocer otras realidades y experiencias, algunas en común y otras muy diferentes, que permitan fomentar la amistad y la comprensión entre los mismos. La historia migratoria japonesa ha sido para ellos bastante traumática pero tampoco fueron los únicos que sufrieron esas pericias. Algunos líderes señalaban ya en esos momentos la importancia de que los nikkei dominicanos no victimicen su pasado ni queden sumergidos en el resentimiento como algunos dirigentes de la primera generación.

Para los organizadores de este evento ha sido, al menos este último año, un sinfín de coordinaciones, temores e incertidumbres. A pesar de la no existencia de una institución rectora y la falta de experiencia en gestión, esta COPANI ha sido en contenido y organización uno de los mejores de esta última década (se realiza cada dos años). Aunque no se pudo lograr el auspicio, siquiera nominal, de las dos asociaciones japonesas existentes (están enfrentadas por el juicio que realizaron en su momento contra el Estado japonés por las negligencias en la gestión migratoria y en la manera de relacionarse con las entidades gubernamentales de Japón), la constitución de la FUNDONI – Fundación Dominicana Nikkei, el apoyo de don Carlos Kasuga de México con sus dos conferencias en Santo Domingo para recaudar fondos, y el trabajo en equipo de muchos nikkei que brindaron su dedicación y tiempo, lograron que la Convención sea un éxito y que instituciones como la Embajada de Japón y la Oficina local de JICA estuvieran presentes en todo momento.

En Japón se conoce muy poco sobre este país, pues por un lado está la imagen de las hermosas playas como Punta Cana y, por otra parte, la triste imagen del fracaso del proyecto migratorio japonés en la frontera con Haití en tierras incultivables. A pesar de la posterior asistencia a esos migrantes para que pudieran regresar al Japón o reemigrar a otros países de Sudamérica, un grupo de esos colonos demandó al Estado japonés y en la segunda instancia de apelación lograron una conciliación donde el entonces Primer Ministro Koizumi ofreció oficialmente disculpas (por escrito) y una paga única para aliviar esos sentimientos de pena (no ha sido considerado una indemnización en sentido estricto)1.

De esta paga se beneficiaron en parte también los nikkei que no participaron en la demada y los que residen en Japón (Al igual que los demás nikkei de la región, en los ’90 llegaron al Japón en calidad de “dekasegui” (trabajadores temporales) para buscar mejores posibilidades de trabajo, y actualmente residen cerca de 500 dominicanos nikkei2).

La República Dominicana está ubicada en el Caribe pero comparte esa isla con Haití, uno de los países más pobres del mundo. Tiene una población de un poco más de 10 millones de habitantes, un PBN de 55.600 millones de dólares y un ingreso promedio per cápita de U$S 5.500 anual. Por otra parte, la desigualdad social y la pobreza del 35% es un asunto de preocupación en la agenda económica de este país3, por lo que está promoviendo más inversiones para generar más empleo.

La migración ilegal del país vecino es un tema político y socio laboral muy complejo que pude apreciar en mi breve estadía en Santo Domingo dado que fue muy impactante ver a horas muy temprana de la mañana a más de 1.000 haitianos haciendo cola frente al edificio de Migraciones para recibir el permiso de residencia. Señalan que son pocos los que logran ese permiso y por ende muchos siguen en estado irregular y ahora son objeto de deportación. El gobierno ha enviado el ejército para incrementar la vigilancia fronteriza y hace unos meses cerraron el Consulado General dominicano en Haiti. En represalia, los haitianos han restringido las importaciones de productos alimenticios dominicano, aunque no hay que olvidar que son muy poco los países del mundo que estarían dispuestos a vender mercancías a un país que tiene poca capacidad de pago. Hay una situación bastante tensa pero las autoridades están buscando alternativas más adecuadas para resolver estos temas pendientes4.

La República Dominicana tiene un buen desarrollo en el sector del turismo, la minería y la agricultura, donde en los dos primeros hay una presencia importante de capital extranjero. A diferencia de lo que uno imagina, a pesar de ser un isla tropical, hay areas de cultivo en las laderas de las montañas entre los 500 a 1.000 metros sobre el nivel del mar donde es muy propicio para cultivar verduras y hortalizas de diversas variedades. Muchos de estos productos agrícolas, algunos de manera procesada son exportados al país vecino como a los Estados Unidos.

Durante mi breve estadía fui a la localidad de Constanza, a unos 150 km de la ciudad capital, ubicado a unos 1.200 metros s.n.m., cuyo valle es precioso y muy apto para la agricultura. Apenas tienen el 0.6% de la población total o sea unos 60.000 habitantes, pero posee el 4% del PBN y el ingreso per cápita es uno de los más elevado del país. Desde Santo Domingo hay un omnibus (de la firma Caribe Tours) que conecta ambas ciudades a la mañana y a la tarde en casi tres horas.

La zona agrícola por excelencia, Constanza, a unos 150 km de Santo Domingo.
Constanza, se asentaron españoles, húngaros, japoneses, etc. Zona agropecuaria destacándose por los hortalizas y flores. Es un valle precioso. 

Si bien regresé el mismo día, gracias a la hospitalidad de la exbecaria de JICA, Yukari WAKI, pude conocer la ciudad y varias familias nikkei que residen en esta localidad. Algunas de estas personas participaron luego de la COPANI y pudieron confraternizar con los nikkei latinoamericanos como así también disfrutaron del concurso de Karaoke donde participaron cantantes de seis países. Cuando algunos de ellos cantaron temas de “enka” muchos no pudieron ocultar sus lágrimas pues al parecer recordaban con nostalgia su vida en la aldea natal o los primeros tiempos de la inmigración.

Otro hecho muy emotivo fue el acto de reconocimiento que hicieron los organizados de la COPANI a los japoneses “issei”, resaltando el esfuerzo y los logros en la sociedad dominicana. A pesar de la no presencia institucional de las dos asociaciones japonesas, muchos japoneses de esa primera generación estuvieron presentes y lo que más enalteció el evento fue la presencia casi total durante los tres dias del Embajador Fuchigami y su señora, del Consejero Miwa y su esposa y del director general Yamada de la oficina local de JICA, como así también funcionarios de ambos organismos. Los miembros del Comité Organizador como los dirigentes nikkei de los países participantes elogiaron esta honrosa e importante presencia del Japón.

Los organizadores y el staff de la COPANI 2015. Su presidente fue Eiko Kokubun. 
Pucha, que trabajaron bien duro durante meses y ni que hablar durante la CONVENCION. A todo el equipo del Comité Organizador, ¡Felicitaciones! y ¡Muchas Gracias! por todas las atenciones y la hospitalidad que nos dispensaron. 

La COPANI es para que las generaciones subsiguientes al de los inmigrantes japoneses puedan estrechar sus lazos con sus pares de otros países y compartir experiencias y contactos para comprender mejor los complejos cambios y situaciones que afectan a la región. Se intenta buscar una mayor interrelación entre los nikkei para generar mejores alternativas de cooperación y colaboración y que en base a la confianza y la amistad puedan ofrecer mejores respuestas en sus propias sociedades, pues los participantes nikkei de un evento de esta naturaleza suelen tener por su profesión, actividad o cargo institucional, estas responsabilidades sociales. Y visto desde el Japón, varios de ellos son un verdadero “soft power” que enlaza y enriquece las partes.

Tanto en la pre como en la posguerra, la inmigración japonesa al exterior no estuvo exento de dificultades y desprolijidades, sin olvidar que Japón tenía enormes necesidades materiales para paliar la pobreza y el desarrollo social. Es por eso que las migraciones al Perú o al Brasil fueron un enorme desafío a veces difíciles de describir. Lo mismo fue para los que arrivaron a Hawaii, la costa californiana o al Canadá, pero en casi todos los casos, al cabo de dos a tres decenios, lograron un crecimiento económico importante como comunidad. Y en la posguerra, lo mismo. Los que se asentaron en la Amazonia, en las colonias de Bolivia y Paraguay, tuvieron que sortear enormes dificultades y realizar grandes sacrificios, pero después de medio siglo de constante esfuerzo hoy son colectividades respetadas y queridas.

Mucho más difícil y trágico ha sido la migración europea a las Américas donde algunas etnias o nacionalidades fueron objeto de persecusiones políticas o religiosas. Fueron millones los que cruzaron el oceano en busca de paz y tranquilidad.

Todos estos colectivos en un comienzo se organizaron en grupos o comunidades propias para ayudarse mutuamente, pero a partir de sus hijos se integraron en la sociedad que los acogió y desarrollaron sus potencialidades. Desde luego, no siempre son historias exitosas pero cada uno y cada grupo ha venido aportando lo mejor de sí. En ocasiones, la incomprensión y la intolerancia ha sido llevado a su máxima expresión y uno de esos casos ha sido la ubicación forzosa de 120.000 japoneses y sus descendientes norteamericanos en los centros de reubicación durante la IIº Guerra Mundial. Sin embargo, los de la segunda generación solicitaron ser parte de un batallón para demostrar su lealtad, lo que quedó matizado en el Regimiento nikkei 442. A veces, las alternativas fueron pocas o casi nulas.

Es innegable que ante muchas adversidades, los nikkei siendo pequeñas minorías lograron con mucho esfuerzo, paciencia y constancia, un lugar de respeto y reconocimiento en cada una de las sociedades.

Lo que la COPANI busca es enlazar a los nikkei de diversas experiencias y perfiles a fin de enriquecer este ámbito de confraternidad e intercambio. Es innegable que en estos tres decenios muchos han logrado motivaciones y sugerencias que pudieron canalizarlo para sí.

Para los nikkei de la República Dominicana ha sido un enorme desafio la organización de este encuentro continental, pero esta red de dirigentes y empresarios será indudablemente nuevos apoyos para su desarrollo social y económico y por qué no para un mayor acercamiento a los nikkei de la isla contigua llamada Cuba donde residen unos 1.200 nikkei.

Con Katsumi BANI (Bolivia) y Ichiro FUKUI (Paraguay)
Monumento a los Inmigrantes Agrícolas Japoneses en Rpca. Dominicana, construída por JICA e inaugurada en enero de 2013. En esa inauguración estuvieron presentes, el vice ministro Wakabayashi del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, el director general Uemura de Asuntos Consulares, el director Kuroyanagi de JICA y el director local de JICA. 

Notas:

1. La comunidad nikkei dominicana ronda las 800 personas y son los japoneses y sus descendientes de la migración ocurrida entre los años 1957 al 59. Fueron 249 familias totalizando 1.319 personas, aunque muchos eran oriundos de la Prefectura de Kagoshima. Los que fueron ubicados en la zona fronteriza con Haiti, en Dajabón, la situación fue sumamente penosa por ser tierras no aptas para la agricultura. Muchos regresaron a Japón u optaron por reemigrar a otros países con ayuda pública del gobierno de Japón. En el año 2000, 126 japoneses demandaron al gobierno de Japón exigiendo una indemnización de 2.500 millones de yenes (un poco más de 20 millones de dólares, al cambio actual). En la primera instancia se comprobó la negligencia del Estado japonés pero no dio lugar a la indemnización porque ese derecho había prescripto. Los demandantes apelaron pero luego acordaron conciliar porque la administración Koizumi aceptó disculparse y pagar una suma única de 2 millones de yenes a cada demandante (a los que residian en Japón 1.3 millón) y de 1.2 millón a los no demandantes (a los residentes en Japón la suma de 500 mil yenes).

2. Según las estadísticas de Migraciones de Japón, al mes de junio de 2015, los dominicanos residentes en Japón son 466, de los cuales 165 viven en Kanagawa, 43 en Tokio, 35 en Aichi, 32 en Saitama y 20 en Osaka y Chiba, respectivamente.

3. Este artículo señala que en estos últimos años la pobreza se redujo un 6.7 %, aunque sigue en 35.5%. 
República Dominicana afirma que reduce pobreza en 6,7% en últimos dos años” (América Economía)

4. A fin de regularizar a los extranjeros de permanencia ilegal se intenta ofrecer un permiso especial de estadía, aunque solo un 10% del total de las solicitudes es aprobado. Durante el último año hubo 300.000 solicitudes. Algunos han retornado al país de origen antes de ser deportado, pero hay haitianos que viven desde hace muchos decenios atrás y la gran mayoría de ellos no tienen ningun visado que les permita vivir de manera normal.
República Dominicana cierra consulados en Haití y acusa agresiones” (América Economía)

 

© 2015 Alberto J. Matsumoto

caribeños convenciones de la Asociación Panamericana Nikkei COPANI 2015 República Dominicana generaciones nisei Santo Domingo (República Dominicana)
Sobre esta serie

El licenciado Alberto Matsumoto encara las distintas facetas del Nikkei en Japón. Desde la política migratoria sobre la inserción al mercado laboral del inmigrante hasta su inculturación a las costumbres y lenguaje japonés a través de la educación primaria y superior. Analiza la vivencia interna del Nikkei latino con su país de origen, su identidad y su convivencia cultural personal y social en un contexto cambiante de globalización.

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Acerca del Autor

Argentino, descendiente de segunda generación, radicado actualmente en Japón. Es licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador, Buenos Aires. En 1990 obtiene la beca del Ministerio de Educación de Japón y realiza sus primeros estudios en la Universidad de Tsukuba. Luego, en 1997 obtiene la Maestría en Derecho Laboral y Económico en la Universidad Nacional de Yokohama. Director General de la Consultora Idea Network, especializada en traducciones jurídicas. Ha sido intérprete judicial en la Corte de Tokio y Yokohama por más de 20 años. Es profesor de Español en la Prefectural de Shizuoka y de Economia, Sociedad y Derecho de América Latina en la Facultad de Derecho de Dokkyo University. También imparte sobre Historia de la Inmigración Japonesa y Sistema Educativo de Japón, en la Kaigai Nikkeijin Kyokai para los becarios Nikkei de la JICA. Ha publicado varias obras como la Ley de Migraciones de Japón, Impuesto a la Renta , en castellano, y en japonés: Los 54 capítulos para conocer la Argentina (Akashi Shoten, 2005), Aprenda el español con solo escuchar el CD (Chukei Shuppan, 2007), etc. En 2017 obtuvo el Premio Gratitud a la Cooperación Internacional del Presidente de JICA -Agencia de Cooperación Internacional de Japón y en 2018 estuvo a cargo del análisis e informe del estudio de las comunidades nikkei de México, Cuba y Argentina, de la División América Latina de la Cancillería de Japón (Gaimusho). http://www.ideamatsu.com/

Última actualización abril de 2020

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