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Ann Nakamura, una sansei en sus cuarenta y pico que pasó sus años de infancia y adolescencia en Hawai. Es una mujer soltera cuya carrera en educación y su incursión en negocios como socia con un hombre japonés representa una situación muy particular. Ella observa que las mujeres japonesas se casan a edades cada vez mayores o permanecen solteras, y tanto uno como en otro caso están adquiriendo un rol más profesional. Este cambio ha conducido a una mayor aceptación de su persona como mujer soltera y profesional. En el pasado, una mujer docente podía continuar trabajando una vez casada, pero en cambio las mujeres de negocio debían dejar a un lado su vocación una vez casadas. Si bien Ann sostiene que ella no debe ser considerada necesariamente como “modelo”, ella es ciertamente una persona que legitimiza las opciones no tradicionales dentro de la sociedad.
Durante su infancia en Hawai, Ann experimentó un “conflicto” entre los diferentes valores y conductas entre Asia y Occidente, conflicto que ha logrado armonizar estando en Japón. Aunque a ella le gustaría regresar a Hawai, en donde se encuentra su familia, también quisiera poder continuar con su negocio en Japón. Ann no esperaba permanecer por tanto tiempo en Japón (aproximadamente 15 años). La presencia extranjera en Japón es mayor que en años anteriores, y hay una mayor aceptación del “gaijin.” Ann obtuvo primero una visa para residentes nikkei, y luego obtuvo su visa actual como residente permanente. (8 de noviembre de 2003)