(Inglés) Me acerqué a Fred y mientras nos poníamos de pie para escuchar la decisión de la corte, le dije “Fred, Fred, esto es genial” y él respondió “¿Qué pasó?” Yo le dije “Fred, ganaste, ganaste el caso.” Él me miró como si estuviera muy confundido y dijo “Eso es bueno, es muy bueno.” Yo sabía que él no lo había entendido muy bien. La gente se acercaba a él y le daba palmadas en la espalda. Todo el equipo se abrazaba dentro del área de los abogados, mientras que Fred solo estaba parado ahí mientras la gente lo abrazaba. Él estaba como petrificado, no reaccionaba porque todavía no lo entendía bien e incluso nos dijo eso, que no lo había entendido.
Para él esto era sorprendente, después de todos estos años y por todo lo que él había pasado. Luego, salimos del lugar y fuimos rodeados por muchos nisei. Nunca había visto a tantos nisei llorando a la vez y en un solo lugar, a menos que, tal vez, sea en un funeral. Pero estas lágrimas eran de alegría. Ellos estaban muy expresivos, abrazaban a Fred y a todos nosotros. Nos agradecieron, probablemente, más que nada.
Era algo extraño porque todo el equipo de defensa, es decir, yo, parado cerca de ellos, dijimos “No, más bien, nosotros les estamos agradecidos. No podríamos haber sido capaces de hacerlo si no fuera por ustedes, por los sacrificios que pasaron. La experiencia que han tenido nos permite llegar a este punto. Sentimos que es un honor poder devolverles todo eso.” Tal vez fue uno de los mejores momentos que uno puede tener en la vida.
Fecha: 8 de febrero de 2003
Zona: Washington, EE.UU.
Interviewer: Tom Ikeda, Margaret Chon
Contributed by: Denshō: The Japanese American Legacy Project.